En la tercera jornada de la ACB, el Unicaja ocupaba la tercera posición, con un balance de dos victorias y una derrota. Una semana después era séptimo. Y a la siguiente era undécimo tras perder dos partidos. Tres derrotas más enlazadas llevaron al cuadro malagueño a una situación complicadísima en la jornada octava. 2-6 era el desolador balance. El Unicaja era decimocuarto, empatado con el penúltimo clasificado.

Ha escampado, no obstante, y Vitoria ya no es una entelequia, como así lo parecía después de perder por paliza precisamente en el Buesa Arena hace un mes. Curiosamente, desde aquella derrota el Unicaja ha ganado todos sus partidos en ACB y el Tau ha encadenando, entre competición doméstica y continental, cinco derrotas. "Adiós a la Copa, adiós", cantaban aquel día en el Buesa. El acceso al Top 16 está encarrilado tras una excelente primera vuelta y los esfuerzos, aunque sean de manera inconsciente, se concentran en la ACB, donde la situación es, aún, acuciante.

Tanto ha cambiado el panorama que, después de tres victorias consecutivas, el equipo se acostó ayer en octava posición gracias a las derrotas del Ricoh Manresa ante el Barcelona y del Gran Canaria en Granada. Es decir, el Unicaja está en territorio Copa siete jornadas después de abandonar una zona que nunca debería dejar. Un alivio transitorio que no oculta la frondosidad del bosque por el que transitan Scariolo y sus hombres. La competitividad es extrema y el calendario complicado.

Hasta seis equipos comparten balance de resultados (5-6) ahora mismo con el Unicaja, que es el mejor de todos ellos en la tabla porque es el que superior basketaveraje general posee (+49). Es el criterio que se sigue para desempatar al final de la primera vuelta, cuando se reparten los billetes para la Copa del Rey. Al final de temporada sí se acude al bagaje en los enfrentamientos particulares entre los equipos involucrados en una igualada porque ya se han enfrentado en las dos pistas. Le siguen en esa tabla provisional, que puede valer su peseo en oro, Gran Canaria (+3), CB Granada (-1), Ricoh Manresa (-14), Polaris World Murcia (-40) y Grupo Capitol Valladolid (-62).

Si la obligación hace tres jornadas era ganar siete partidos de nueve para tener más o menos asegurado el billete a Vitoria, ahora las cuentas pasan por vencer en cuatro de los seis próximos. Sigue siendo complicado, porque el Unicaja debe enfrentarse a rivales de la zona alta salvo el Cajasol en los próximos seis duelos, pero el horizonte está mucho más despejado tras este necesario acelerón ante Valladolid, Fuenlabrada y, sobre todo por las consecuencias psicológicas positivas que debería tener, Real Madrid.

La remontada cajista permite, asimismo, verle la matrícula al Akasvayu, que ha perdido gas tras empezar a velocidad de crucero y está a sólo un triunfo. Y el domingo la cita es en Fontajau ante las huestes de Marc Gasol. Queda aún recorrido por hacer, pero la meta volante situada en Gasteiz se ve más cerca. Al menos, no tan lejos como se divisaba hace, por ejemplo, tres semanas.