Copa del rey

La final llegará pronto (87-79)

  • El Unicaja compite de manera ejemplar con el Barcelona, al que dominaba por seis puntos al inicio del último cuarto, pero encalló en el momento decisivo ante la subida de intensidad defensiva rival.

En el día perfecto para ser aficionado al deporte en Málaga, el Unicaja tocó la final de la Copa pero el Barcelona le cerró la verja cuando estaba con un pie en ella. Queda el regusto amargo de haber visto al equipo malagueño seis puntos arriba (62-68) al comienzo del último cuarto, pero no pudo gestionar la renta y se marchó una excelente oportunidad de alcanzarla. El Barcelona elevó su nivel defensivo con las piernas de Oleson y Hezonja y la joya croata viró el sentido del partido con un triple desde la esquina tras una gran defensa malagueña mal culminada. Abrió un parcial de 11-0 para el cuadro barcelonés, que ahí rompió el partido para conseguir una victoria más holgada en el marcador (87-79) que en la realidad.

Peros se pueden poner varios. El acierto en el tiro de dos (36%) fue muy mejorable aunque el Barcelona colapsó la zona con esa intención. Quizá Granger pudo salir antes en el cuarto final, aunque Markovic hizo un partido bastante serio. También el nivel de intensidad permitido por el arbitraje fue distinto. El Unicaja jugó 13 de los 20 minutos de la segunda mitad con el bonus adverso. Pero en el proceso de recrecimiento de este Unicaja esta Copa ha demostrado que se está por el buen caminoeda. Escuece verse fuera de la final, pero el mensaje de Plaza resultó alentador. "Si seguimos en esta línea, estaremos pronto en las finales, estoy convencido", afirmó.

Para llegar a esa situación de ventaja en el minuto 32, el Unicaja había completado un excelso partido, se jugó a lo que pretendió el equipo de Joan Plaza, que manejó a sus piezas con generosidad, rotando hasta el fondo del banquillo. Un detalle sintomático es que en el primer cuarto el Barcelona falló sólo dos tiros (uno un triple de Hezonja sobre la bocina) y el Unicaja estaba sólo a tres puntos. DeShaun Thomas castigaba con triples desde las esquinas los ajustes defensivos cajistas, pero había respuesta suficiente en ataque para competir con solvencia.

Poco a poco, el Unicaja iba tomando el mando del partido. Aparecía Kuzminskas en su competición predilecta, con ocho puntos sin fallo al descanso. También las descargas de Vasileiadis, en un escenario en el que se siente comodísimo. E iba adquiriendo una ventaja interesante (28-34) mientras el Barcelona renqueaba intentando buscar a Tomic para generar peligro. Green soltaba esos puntos que posee en las manos. Y se veía al cuadro culé, con Satoransky llevando la batuta por delante de Huertas, incómodo en el ritmo que proponía el equipo malagueño (34-39).

Green otrogaba de salida la máxima ventaja (34-42) con un triple, pero aunque el Barcelona recortaba, medía bien las distancias el Unicaja. No se le advertían síntomas de colapso, de falta de ideas o cansancio. El cuerpeo en un partido ante el Barcelona es lo más normal del mundo y esperar una victoria sencilla es una utopía. La dinamita del equipo azulgrana se esconde en cualquier miembro de la plantilla, como el extremadamente competitivo Oleson, cortejado y seguido por el Unicaja cuando jugaba en el Rosalía en LEB. Casi una década después, es un jugador fiable 100% en partidos de presión. Castigó dos malas defensas del pick and roll con sendos triples. Y el Barcelona cogía aire, aunque al final del tercer cuarto (59-59) la igualdad reinaba.

Y ahí intentaba soltar amarras el Unicaja, con seis puntos de ventaja en el minuto 32 (62-68) tras un triple de Vasileiadis y una penetración de Germán Gabriel, que tuvo una buena irrupción en el partido para defender a Tomic mejor que cualquiera de los anteriores contendientes. En esos momentos en que los partidos se deciden por detalles, el Unicaja comía del triple más que de su clásico lanzamiento de dos. Vivir de triple es morir de triple, sostiene el librillo de algunos entrenadores. Plaza es de los que promueve el equilibrio en las elecciones. Pero con la subida de nivel defensivo catalán todavía se complicó más atacar la zona. Ese momento clave que cuando ocurre no se percibe como tal fue un triple del irreverente Hezonja desde la esquina después de una gran defensa cajista que exigió al límite al Barcelona. Abrió la espita de una parcial de 11-0, con dos pérdidas en primera línea de pase, que casi liquidó el encuentro. La puntilla llegó cuando tras una falta clara no pitada en un alley hoop a Fran Vázquez el inefable Hezonja metió otro triple después de que la pelota rebotara en el aro y subiera un metro. Supo mal cómo se escapó la renta, pero entronca con el proceso de aprendizaje para volver a competir por los títulos. Ver al Unicaja pelear una final reconforta. Y después del majestuoso 0-1 en el Camp Nou quizá hubiera sido abusar del barcelonismo.

Ficha técnica:

87 - FC Barcelona (18+16+25+28): Satoransky (9), Thomas (13), Hezonja (12), Doellman (9), Tomic (10) -equipo inicial-, Oleson (11), Lampe (10), Nachbar (-), Pleiss (2), Huertas (5), Abrines (2) y Navarro (4).

79 - Unicaja Málaga (15+24+20+20): Markovic (4), Toolson (3), Suárez (10), Golubovic (-) y Green (8) -equipo inicial-, Granger (12), Vázquez (8), Kuzminskas (13), Thomas (5), Vasileiadis (9), Gabriel (2) y Stefansson (5).

Árbitros: García González, Pérez Pizarro y Peruga. Sin eliminados.

Incidencias: partido de semifinales de la Copa del Rey 2015 de baloncesto disputado en el Gran Canaria Arena ante 9.806 espectadores.

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