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Ni fu ni fa ni fe

  • Insulso empate de un Málaga más preocupado por sobrevivir que por mostrar colmillo. Un Granada tembloroso se encomendó a Success, que falló dos manos a mano para dar el triunfo

Hace una vuelta, estos 41 puntos habrían sonado a quimera. Hoy son una bendición que permiten al Málaga vivir alejado de la zona de peligro, de la cual volverá a huir otra temporada más. Ahora bien, en esa línea de ambición que pide el técnico, el empate de ayer fue un gatillazo en toda regla. Un punto que no permite ni ir hacia delante ni hacia atrás. Insulso para un equipo que se obsesionó tanto con evitar que el Granada le evitara en intensidad que se conformó con no perder ese encuentro. La Liga está frenética. Algunos llegarán en sus bólidos arrasando, tres descarrilarán y otros, como el Málaga, podrán bajar la capota y disfrutar del paseo. Como el de ayer por Los Cármenes.

Cabe decir que hubo bastantes cosas buenas. En otro momento de la temporada se habría visto como una solvente salida, con un punto en la buchaca justamente granjeado para hacerlo bueno la semana siguiente en casa. Se controló la circulación del juego y se evitó que un equipo necesitado te avasallara. El Granada no pareció un equipo que se jugara la vida porque el Málaga vino a muy dispuesto a evitarlo. Hubo mejor presencia en la medular. Así que un notable para Gracia y los suyos en el arte del fútbol sin porterías. No obstante, resultó muy triste ver a los futbolistas sin colmillo para hacer daño a un equipo más preocupado de atacar que de defender, quizá incluso acomodado en la retaguardia viendo que su rival no hacía por buscarle las cosquillas. Si esa ambición demandada hubiera estado en el terreno de juego, el Granada habría sufrido terribles contras y probablemente hasta cayera un gol. Pero ese Málaga no hizo por asomarse.

El equipo de Gracia se conformó con el punto, que confirma que hacía falta un milagro para apurar el sueño europeo, que mantiene las distancias con el Granada y seguramente permitirá a lo largo del fin de semana ampliarlas con alguno de los que está abajo y no podrá puntuar. Pero recordó a esa pléyade de buenos futbolistas de Joaquín Peiró a los que se acusaba de no querer ir a por la Intertoto en los tramos finales para tener más vacaciones.

La puesta en escena fue buena. Como en Sevilla, en apenas unos minutos Andrés Fernández ya tuvo que hacer un par de buenas intervenciones. A Camacho a balón parado y luego con parada de balonmano frente a Cop. Pura gaseosa. Pecata minuta al lado de las dos ocasiones que marró Success, el hombre del partido para lo bueno y para lo malo. Dos veces se plantó solo ante Ochoa para dar al Granada un empujón hacia la salvación. Primero controló mal y chutó fuera; luego tiró de alarde para driblar al Memo Ochoa, pero el azteca sacó el felino que lleva dentro para rehacerse desde el suelo y evitar que marcara a puerta vacía. El Granada no pudo, el Málaga no quiso. Y los dos frustrados por un punto que ni fu ni fa... ni fe para triplicarlo en el caso malaguista.

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