Un nuevo galáctico estará mañana en el Santiago Bernabéu, pero no para defender los colores del Real Madrid, sino para hinchar por el Nápoles, el equipo al que Diego Armando Maradona cambió la cara hace 30 años.

El club español confirmó ayer que el ex futbolista argentino estará en el coliseo blanco para apoyar al equipo italiano en el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, una de las eliminatorias más esperadas de la máxima competición continental.

Aunque el Real Madrid no puede facilitar los datos sobre la composición del palco "por motivos de discreción y seguridad", un portavoz del club blanco detalló que tienen todo preparado para recibir a Maradona en el estadio.

El argentino llegó ayer a Madrid procedente de Buenos Aires y lo hizo junto a parte de su familia. "El Diez pasará unos días en Madrid antes del partido de un club, el Real, con cuyo presidente tiene excelentes relaciones", advirtió el diario Marca. La idea es que Maradona conviva durante estos días con el Nápoles en el Hotel Mirasierra, a apenas nueve kilómetros del Santiago Bernabéu, y el periódico italiano Il Matino afirmó que el ex futbolista participará también en la cena organizada por los directivos en la víspera del partido.

Maradona formó parte del mejor Nápoles de la historia y el club italiano celebra este año el trigésimo aniversario de la conquista de su primera liga italiana, que tuvo al argentino como indiscutible protagonista.

Maradona firmó por el club italiano el 5 de julio de 1984 y llegó para cambiar la historia de un equipo con fama de perdedor. Fue presentado en el estadio de San Paolo ante 80.000 enfervorecidos tifosi y no se puede decir que el astro, que jugó en Nápoles hasta 1991, defraudara a las expectativas. Pocas veces se ha visto a un solo futbolista influir tanto en los éxitos colectivos de un equipo. Hasta su llegada, el club sólo había ganado dos trofeos. Con Maradona llegaron sus dos únicos campeonatos de liga, en 1987 y 1990.

Después de numerosos avatares y desdichas durante los últimos años, el Nápoles regresó a la élite y el partido de mañana ante el Real Madrid, actual campeón de Europa, es visto como una confirmación.

Maradona visitó en enero Nápoles y las instalaciones del club italiano. Allí fue recibido por el presidente de la entidad, Aurelio de Laurentiis, quien habría invitado al ex futbolista para estar en la cita en el Santiago Bernabéu.

"Toda la plantilla tenía muchas ganas de verle, fue precioso, habló con todos y nos sacamos muchos selfies. Nos prometió venir al Bernabéu a animarnos, será un arma más: el último partido nuestro que vino al campo fue con la Roma en la Copa italiana, ganamos 3-0. Ojalá pase lo mismo", relató recientemente Callejón al diario As.

Maradona estará en un estadio que el 26 de junio de 1983 le tributó una gran ovación tras conseguir un bello gol con el Barcelona. Además, el emparejamiento entre Real Madrid y Nápoles evoca al histórico duelo celebrado el 16 de septiembre de 1987 en un silencioso Santiago Bernabéu, con Maradona en las filas de los italianos, y sin público.

Apenas 100 espectadores en las gradas del coliseo blanco, debido a la sanción impuesta por la UEFA a los madridistas, y el Real Madrid venció 2-0. En la vuelta empataron 1-1 y se clasificaron los blancos para la siguiente ronda de la Copa de Europa.

Mucho tiempo ha pasado de aquello, tanto para los dos clubes en liza como para el propio Maradona, que hoy tiene 56 años. En el coliseo blanco lo recibirá Florentino Pérez, siempre tan deseoso de abrazar a estrellas.

Esta vez no será a un nuevo y caro fichaje para su equipo, sino a un hombre que alentará al rival, un galáctico como sigue siendo Maradona, cuya figura es capaz de acaparar los focos en la previa de todo un partido de Liga de Campeones.