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El guión deseado con un desenlace trágico

  • Incompleto El partido se alargó, como quería Scariolo, hasta llegar sólo un punto abajo a falta de dos minutos (65-64), pero nadie contaba con el tapado Muoneke Referentes Haislip brilló en la segunda parte pero Rakocevic volvió a ser un villano

El guión que se desarrolló en el escenario del Buesa Arena respondía a lo que el director Scariolo había planeado. Se le notaba en su rostro, en su mirada casi maquiavélica captada por las cámaras de televisión. Lo había planeado todo. "Tenemos que alargar el partido hasta donde podamos, porque ahí todos los factores que han decantado todos los pronósticos en nuestra contra podrían desaparecer y aparecer factores psicológicos y tácticos que pueden darnos una posibilidad más", era lo que decía el pasado miércoles en la previa de la película.

Junto a sus ayudantes Mateo y Gavrilovic había preparado el guión con minuciosidad. Llegar a los últimos fotogramas del film con las opciones intactas para batir al ogro baskonista y convertirse en el héroe de la Copa. No era fácil, viendo cómo se había desarrollado la saga en sus capítulos anteriores, pero se consiguió llegar al momento decisivo tal y como se pretendía. 63-64 a falta de tres minutos y medio. El malo de Vitoria estaba a punto de perder la batalla, pero el desenlace dio un vuelco. Los mencionado factores psicológicos y tácticos aparecieron a medias. Tácticamente, la zona cajista creó muchos problemas al Tau, pero psicologicamente... Volvió a faltar la madurez mental necesaria para rematar al rival en un escenario hostil. Los guerreros de Vitoria volvieron a imponerse a los malagueños. Necesitaron más sufrimiento de lo esperado, pero la saga taunicajista sigue hablando euskera. Y van cinco desde que los Garbajosa y compañía plantaran la bandera de la Liga ACB en el Buesa Arena hace ya casi dos años.

protagonistas

En el desarrollo de la trama detacaron los que se esperaba que iban a brillar. A un lado, Marcus Haislip. Frío, exhuberante en sus acciones, letal en las cercanías del aro. Las faltas le condenaron al banco en la primera mitad (sólo jugó 3.17), pero después sacó todo su repertorio para llevar a su equipo donde quería su director. Extraordinario su último cuarto, empañado sólo por dos malas decisiones ofensivas que impidieron un final feliz. Y al otro lado, Igor Rakocevic. Otra vez decisivo, de nuevo inspiradísimo ante el verde Unicaja. Promediaba 19 puntos en los últimos duelos con el equipo malagueño. Ayer volvió a meterlos.

tapados

Pero los que decantaron el partido del lado local fueron dos tapados, dos actores secundarios que eligieron el mejor momento para brillar en primer plano. Sergi Vidal ratificó la mejoría mostrada las últimas semanas. Promediaba 6 puntos y 7 de valoración y ayer hizo 18 y 22. El otro fue Gabe Muoneke, fichado recientemente por el Tau con un contrato por tres meses. Su triple con 65-64 cuando Scariolo plantó la zona y sus dos tiros libres posteriores rompieron el choque y permitieron que el Tau volviese a sonreír una vez más ante el Unicaja. También en la Copa.

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