El Cuatro Rayas se impuso sin problemas a un gris Antequera que, si bien aprovechó los bajones defensivos de los locales para aproximarse en el marcador, siempre estuvo a merced del rival y sin opciones de sorpresa, con un juego falto de lucidez en el plano ofensivo.

Los vallisoletanos salieron dispuestos a tomarse la revancha ante el Antequera, que se impuso en el partido de la primera vuelta en Málaga y, merced a una buena defensa y a la rapidez en los contragolpes, consiguieron hacerse desde el inicio con los mandos del juego (7-2). Pero los excesos de confianza se pagan ante el primer y ante el antepenúltimo clasificado y, tras un bajón defensivo, los andaluces supieron aprovechar las oportunidades que les brindaron los locales para recortar diferencias, una vez endosaron un parcial de 0-4 que dejó el marcador en (7-6). La conexión con el pivote, Ángel Romero, y la efectividad de los extremos, permitió al Cuatro Rayas poner tierra de por medio hasta alcanzar el 18-12 con el que se llegó al descanso. La segunda mitad discurrió por los mismos derroteros, con un Cuatro Rayas que, en el momento en el que imprimía mayor intensidad a su defensa, conseguía distanciarse en el electrónico, pero cuando bajaba los brazos y perdía la concentración, con fallos en los lanzamientos y pérdidas de balón, permitía el acercamiento del rival.

Por tanto, el resultado fluctuaba entre los cinco y los tres goles de ventaja para los vallisoletanos. La tónica ya se mantendría hasta el final del partido, ya que los vallisoletanos se asentaron ofensivamente de la mano de Nikcevic, letal al contraataque, mientras que la defensa de los malagueños comenzaba a hacer aguas y hacía imposible soñar con la remontada ante un implacable Cuatro Rayas Valladolid.