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"Nos llevamos primero la tristeza y luego la alegría"

  • Antonio Tapia admitió que en la primera mitad no supo "preparar el partido"

Como no podía ser de otro modo a raíz del partido que se vio, Antonio Tapia diseccionó su análisis entre los deméritos de la primera mitad y la bravura de la segunda y lo tituló como una fiesta del fútbol. "Ha sido muy intenso. Nos jugábamos mucho los dos equipos y ha sido un partido muy bonito, sobre todo desde el punto de vista emocional. Una primera parte donde la tristeza fue para nosotros y una segunda llena de alegrías. Si empatas o pierdes tal y como hemos jugado la segunda mitad, te vas con la sensación de haber hecho un gran trabajo", enjuició el baenense.

El preparador blanquiazul apeló a varios factores para explicar el drástico cambio de un tiempo a otro. "Más que de actitud, era un problema táctico y técnico. En la segunda mitad el equipo ha tenido más el balón, le hemos dado salida al compañero y hemos generado ocasiones por fuera y por dentro, hemos presionado, nos hemos anticipado mejor y al final el gol de Albert ha sido muy importante porque nos ha dado alas", explicó el técnico, que aludió a la importancia de marcar tan pronto como factor de combustión de cara al público: "Sabíamos que metiendo pronto el público nos podía llevar en volandas y así ha sido. Hoy [por ayer] el público más que nunca ha jugado con el equipo porque el partido estaba muy complicado y al final hemos vuelto a disfrutar".

Aunque Tapia nunca es partidario de hacer reconocimientos personalizados, el guiño era inevitable para el reaparecido Salva: "Me alegro mucho por él, el hombre ha pasado un calvario, se ha recuperado y nos ha mostrado de lo que es capaz en el terreno de juego. Hay que felicitarlo a él y al resto del equipo porque en el descanso la cosa no pintaba bien. Hemos hecho una segunda parte increíble".

En el reverso de la moneda quedaban Miguel Ángel y Nacho, los hombres sacrificados al descanso para que entraran el maño y Duda. El entrenador blanquiazul rompió una lanza en favor de ambos. "Seguro que si hubiese hecho otros cambios la dinámica hubiese sido la misma en la segunda mitad, pero había que solucionar el partido y, por las características de nuestros jugadores, nos venía mejor cambiar a ellos. En la segunda mitad había nueve jugadores de la primera parte y han jugado distinto. El problema no era los que yo he quitado, sino que el entrenador no ha dado en la tecla para darle fluidez al juego, darle profundidad, no los he colocado bien... Es más demérito mío", manifestó en un plausible ejercicio de autocrítica.

Cuestionado por el hecho de que la grada coreara su nombre durante una parte de la segunda mitad, dejó fluir su buen humor: "Son circunstancias de las que me aíslo. Se agradece, pero al descanso también he escuchado otra cosa [risas]. Y con razón, porque estábamos dando un espectáculo que no se merece el público. Cuando vas para el túnel también se agradece escuchas esas cosas".

Antonio Tapia era feliz al término del encuentro por el gran espectáculo ofrecida, pero no se dejó llevar por la euforia que reinaba en Martiricos tras la remontada: "Me ha gustado el partido porque ha sido un contraste de emociones muy fuerte, pero mi día más feliz tuvo lugar cuando ascendimos con el filial de Segunda B a Segunda".

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