Un nuevo nombre se asoma al abanico de opciones para reforzar la portería y satisfacer así el deseo de Jesualdo Ferreira de contar con tres guardametas. Pero no es una alternativa cualquiera, ya que se trata de Roberto, el meta que el Benfica le compró hace apenas dos meses al Atlético de Madrid por 8,5 millones de euros. ¿Y qué puede hacer querer que el cuadro encarnado desee desprenderse de él ahora? Tres derrotas oficiales consecutivas, en las que el meta fuenlabreño no ha estado muy afortunado.

El arranque del que jugara cedido en el Zaragoza la pasada segunda vuelta no ha sido el más idóneo, ya que ha estado fallón en casi todos los goles encajados por el Benfica en dichos partidos. El clima en contra del guardameta, especialmente en la afición, se ha hecho tan insostenible que desde el domingo por la noche la prensa lusa casi en unanimidad hablaba de una inminente salida del cancerbero.

Y según apuntaba en su edición de ayer Diario de Noticias, el agente Jorge Mendes, que intermedió para llevarlo al estadio de La Luz, ya estaría negociando su llegada al Málaga en condición de préstamo con opción a compra. La situación pondría de manifiesto esa conexión invisible que parece existir entre los nuevos dueños del club y el afamado representante.

El Benfica se apresuró ayer a calificar la información de "especulación barata", si bien sí que parece que la maquinaria está en marcha para buscarle acomodo durante un año lejos de Portugal.

Movimientos que chocan frontalmente con los deseos de Rubén, meta del Cartagena que figuraba en la pole de candidatos a reforzar la portería pero que está viendo cómo pasan los días y cada vez se hace más complicada su llegada a Martiricos. En declaraciones recogidas ayer por la Ser, el gallego no ocultó su desesperación ante el tema: "La cosa está un poquito parada. Cada club se mantiene plantado en su postura. Si los dos cedieran un poco, se podría llegar a hacer la operación. Mi objetivo y mi ilusión es fichar por el Málaga. Es una oportunidad inmejorable para mí y quiero ir sí o sí, pero cada uno está tensando la cuerda por su lado. La cosa está parada, pero yo no puedo hacer nada porque no está en mis manos".