La operación permanencia que había iniciado el Antequera en esta segunda vuelta empieza a complicarse con el paso de las jornadas. La de ayer significó la decimosexta derrota de la temporada. El milagro parece cada vez más imposible y el equipo sufre mazazos constantes. Ante el Mancha Real bastaron cinco minutos de locura para mandarles a la lona. Se habían adelantado los hombres de Vicente Ortiz a los diez minutos por medio de Ismael. Porque el equipo hace muchas cosas bien, pero sus errores de bulto empañan todas sus virtudes. Y si a la sutil moral de este Antequera le añades un gol al borde del descanso, el paso por vestuarios acaba siendo un suplicio. Pero no tanto como lo que les esperaba a la salida. En posible fuera de juego, Dani Martínez ponía a los jiennenses por delante. El asistente dijo no, pero el árbitro sí y el gol subió al marcador. La sentencia estaba escrita. A partir de ahí, el Antequera quiso pero no pudo. Un dicho demasiado popular en El Maulí.