Los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver 2010 quedaron marcados ayer por la tragedia al morir un deportista el día de la ceremonia inaugural. El georgiano Nodar Kumaritashvili murió poco después de sufrir un grave accidente en el canal de luge en Whistler, sumiendo en la tristeza a toda Canadá y el mundo olímpico, que había iniciado el día feliz ante el inicio de los esperados Juegos.

"Perdió la vida persiguiendo su pasión. No tengo palabras para decir lo que siento", dijo el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge. De traje y corbata negros y claramente conmovido, el máximo responsable del olimpismo dijo haberse comunicado con el Comité Olímpico de Georgia, la familia del deportista y el presidente georgiano Mijail Sakashvili, presente en Vancouver para asistir a la inauguración de los Juegos.

Rogge abrió la incertidumbre acerca de la permanencia de Georgia en los Juegos. "Están considerando participar, pero no lo confirmaron aún", dijo sobre la delegación del país caucásico, que había llegado a Vancouver con ocho deportistas.

Kumaritashvili, de 21 años, perdió el control de su trineo en una curva poco antes de la meta y chocó contra la pared y con una estructura lateral de acero que sujeta el techo del tobogán. El georgiano golpeó con la espalda y la nuca contra la pared del canal. Poco antes de perder el control su velocidad registrada era de 144 kilómetros por hora.

"Vino con esperanzas y sueños, me contaron que tenía un espíritu increíble", dijo el presidente del comité organizador, John Furlong, que prometió apoyo a la familia de Kumaritashvili. "Haremos todo lo que esté en nuestras manos para apoyarlos. En el modo más canadiense".

Esta muerte es la primera de un atleta en la historia durante el período que va de la inauguración a la clausura oficial de los Juegos de invierno, y hunde en el luto a los de Vancouver, que se inauguraron oficialmente anoche.

La Fiscalía y la Policía locales han iniciado ya la investigación en el lugar de los hechos.

El luge es uno de los deportes más arriesgados que existen. El atleta desciende de espaldas y con los pies hacia abajo por un estrecho canal recubierto por unos 2,5 centímetros de hielo. Con curvas a izquierda y derecha, giros de 180 grados y en S, el tobogán suele tener entre uno y 1,3 kilómetros.