Euroliga

Casi muertos, pero vivos (84-69)

  • A expensas de una carambola, el Unicaja lo tiene casi imposible, pero muestra síntomas de recuperación en Siena y llega con opciones al cuarto final

Siena es el final competitivo del Unicaja en la Euroliga 2011/12. Está muerto en el torneo europeo, con un triste 0-4 de balance tras postrarse ante el Montepaschi (84-69). Queda una carambola impensable, quimera. A ratos, el equipo de Chus Mateo demostró vida, la tuvo, mostró pulso. Resulta osado hablar en clave optimista después de perder por 15 puntos, tras encajar siete derrotas consecutivas, las seis últimas por 11 puntos o más. El panorama no deja de ser desalentador. Pero cuando un enfermo, y el Unicaja lo está severamente, muestra un progreso puede ser síntoma de recuperación.

 

Los de Chus Mateo fueron competitivos durante tres cuartos, llegaron a estar a cinco puntos a principios del último periodo. Se volvió a sentir equipo el Unicaja, mostró una pizca de alegría, sobre todo en un primer tiempo en el que mostró un acierto inusitado, incluso en los días brillantes. Exhibió una circulación más ágil tras padecer varios minutos de pérdidas injustificables. Tras el descanso fue plomizo de nuevo, sólo 23 puntos. A trozos defendió bien, sobre todo cuando Darden estuvo en pista. Fitch captó el mensaje y Zoric fue guerrero, como Peric. En el otro lado, un Freeland desconocido por fallón, es raro verle en valoración negativa, y naufragio de los bases. De Payne se sabe que jugó 13 minutos por la estadística, como Berni. 

 

Pero la sensación colectiva que quedó es de un pasito adelante, de que el enfermo se mueve, de que si se le pellizca reacciona. Con las siete derrotas seguidas en la mochila. Y duele ver cómo el Gescrap está plenamente metido en la competición, con posibilidades intactas. Y es un equipo de nivel parejo al Unicaja, al que se le venció hace poco más de un mes. 

 

Si se trataba de enviar mensajes, Chus Mateo los escribió en el parqué del Palaestra. Payne de titular, no Fitch. Y Garbajosa también, con Freeland de cinco de salida. El inmovilismo no es buen camino y Mateo varió esquemas prefijados de los últimos tiempos. Agitó la coctelera y el primer resultado fue descorazonador. El Unicaja era una máquina de perder balones. Siete en cinco minutos, nada menos. Contribuía la excelente defensa presionante del Montepaschi, que ya la exhibiera con tino en el Carpena. Los bases, primero Rowland y después Valters, no sabían descifrar. Mucho bote y poco pase. Y muchos robos rivales.

 

Garbajosa conoce bien esta pista, en Siena dejó actuaciones grandes en sus cuatro años en el Pallacanestro. Y volvió a derramar buen baloncesto. Primero, activando desde la defensa, tapón y robo. Después, con dos triples (9-8). Pero McCalebb y compañía castigaban las pérdidas antes de que Fitch apareciera en escena.

 

Imprevisible, el de Columbus se levantó ayer con el pie derecho y percutió la defensa toscana. Dejó el marcador abierto (23-19) al final del primer cuarto. Su buena versión ya se conoce, pero apenas se ha contemplado esta temporada. Sucede que el Montespaschi también se movía en unos niveles de acierto siderales, tremendos. Como el Unicaja. Pesaba más la calidad sienesa, pero los 27 puntos anotados en el segundo cuarto permitían al equipo de Chus Mateo marcharse al descanso con tres puntos menos de los que acabó en Las Palmas. U ocho menos que el domingo pasado ante el Blusens. Tampoco eran lógicos los porcentajes (63% en tiros de dos, 62% en tiros de tres y 87% en libres) que lucía el equipo malagueño al descanso, que se neutralizaban por las pérdidas, algunas de ellas sin demasiada presión rival.

 

El Unicaja había jugado sin Freeland productivo, inédito en todo el primer cuarto. Funcionó mejor con Peric, Zoric y Garbajosa. Porque Mateo redujo la rotación interior y prescindió de Sinanovic y Lima. Una canasta de Rowland sobre la bocina dejaba el marcador (52-46) con un resquicio de esperanza. Demasiados puntos recibidos, pero muchos anotados, un síntoma de recuperación, de liberación de fantasmas que ponían tapas en los aros rivales.

 

Cinco minutos verbeneros de salida, otra vez con la caraja, propiciaron un 11-0 adverso. Cierto es que el arbitraje era desquiciante y Garbajosa se ganó una técnica. Ahí cambió el Unicaja y respondió con un 2-15, con buenos minutos en la intendencia de Darden, aplicando esa dosis de pegamento necesaria para juntar las grietas, todavía grandes. Mateo variaba defensas y también Zoric ofrecía coraje.

 

El partido estaba abierto cuando Fitch robó y anotó al comienzo del último cuarto (67-62), pero el Montepaschi puso el candado. Fue la última canasta en juego, ya sólo llegarían siete tiros libres, mientras el Montepaschi apilaba diferencias y McCalebb realizaba un mate tremendo en carrera. Las interpretaciones están abiertas, falta constatar cómo ha sentado el partido en el vestuario, cómo de cargado está el saco de confianza, vacío al llegar a la bella Siena.

Ficha técnica:

84 - Montepaschi Siena (23+29+15+17): McCalebb (18), Thornton (7), Moss (11), Stonerook (3), Andersen (10)- cinco inicial- Rakocevic (11), Lavrinovic (13), Ress (4), Zisis (1), Michelori (1), Aradori 0) y Carraretto (5).

69 - Unicaja (19+27+14+9): Rowlad (4), Payne (0), Darden (6) Freeland (5), Garbajosa (9)- cinco inicial- Fitch (15), Rodríguez (0), Zoric (14), Peric (8) y Valters (8).

Árbitros: Christodoulou (GRE), Viator (FRA) y Vojinovic (MNE). Señalaron técnica a Jorge Garbajosa, por protestar en el minuto 24.

Incidencias: Cuarta jornada del grupo F del Top-16 de la Euroliga disputado en el Palaestra de Siena (Italia) ante 6.000 espectadores.

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