"Desde el vestuario hacemos un llamamiento a la afición para que venga desde muy pronto a un partido tan trascendental. Intentamos prepararlo de la mejor manera posible para ganarlo por tres puntos o más. Que sea un día grande para el baloncesto y que nuestra victoria lo haga aún más divertido". Escueta declaración de Berni Rodríguez antes del partido, en la que toca tres teclas importantes. Llamada a la afición, ratificación del compromiso del equipo y deseo de espectáculo.

El cuarto ingrediente es que enfrente estará el Barcelona, probablemente el resorte con el que más rápido se activa la afición cajista. Por si no bastara, el Unicaja se ha movilizado para recordar que éste no es un partido al uso, que es algo más. Actividades paralelas para crear más ambiente, comparecencia del capitán y el entrenador en el día previo al duelo y mensajes de petición de apoyo. No se hace todo ello en un encuentro más.

Se mueve con soltura el Unicaja en la Euroliga. En las tres últimas temporadas ha dado un salto cualitativo enorme cuando atraviesa los Pirineos. El largo aprendizaje, con Maljkovic primero y Scariolo después, ha desembocado en un bloque al que parece apetecerle más, o sentirse más cómodo, la Euroliga que la ACB durante el último año y medio. Enfrente tendrá hoy al eterno ogro, un poco menos desde que la temporada pasada Pepe Sánchez exorcizara los demonios con aquel triple mágico en el mismo parqué al hoy llega como forastero. Siempre genuino, en los últimos partidos Pepe parece más entrenador en pista que nunca. Se pudo ver en el partido ante el Lottomatica una bronca a Mario Kasun que no tenía nada que envidiarle a las que dedicaba Ivanovic. Ya no está Dusko, señalado por el entorno culé como causante de los males, así que los jugadores no tienen parapeto en el que refugiarse. No hay que olvidar que es la plantilla más cara de España y la tercera de Europa, pero hasta ahora la química no ha llegado. Las dos últimas palizas en casa ante Lottomatica y Akasvayu y la mejoría de Acker e Ilyasova sin el corsé del montenegrino anuncian un Barcelona superior al que en la ida, hace apenas tres semanas, se midió al Unicaja en el Palau.

La frustración entonces después de que se esfumara una victoria más barata que nunca en Barcelona puede tornarse en alegría si hoy se superan los dos puntos por los que perdió el cuadro malagueño en la ida. En esta liguilla convertida prácticamente en una eliminatoria a ida y vuelta con un mínimo margen de error, el averaje es un quinto cuarto de partido o un séptimo encuentro extra. Y ganárselo hoy al Barcelona conferiría un valor doble al triunfo. La medicina Carpena (15 meses y 16 partidos invicto en Europa) está lista.

Del Unicaja hay vibraciones positivas también en la última semana. Cayó, tras un partidazo malagueño, el CSKA en el Carpena. También, con menos lustre, el CB Granada. Comienza a recuperar efectivos el Unicaja, en el aspecto físico, también en el psicológico. Parece que vuelve Cabezas, siempre con ese halo de misterio que rodea a cada reaparición. También ha regresado, Scariolo reza para que definitivamente, Daniel Santiago. Hoy tendrá enfrente un rival que le trae recuerdos amargos. Fue un golpe de Marconato el que causó su última lesión visual, que le impidió jugar ese legendario tercer partido de cuartos del año pasado. Y la Final Four y los play offs. Ya sabe lo que le espera: Kasun, el italiano, Fran Vázquez... ¿Será Santiago el del día del CSKA? ¿El del mes de enero? De su versión depende un trozo de la suerte del partido. Se necesita también al mejor Haislip, que precisamente ante el Barcelona, en la ACB, firmó su partido más completo desde que llegó a Málaga. Una exhibición portentosa que no vendría nada mal en un día como hoy.