Es una evidencia que la mayoría de clubes y licencias federativas del waterpolo radican en Cataluña y Madrid, máximos exponentes de este deporte en España. En Málaga, por otra parte, existen varias entidades que luchan por su supervivencia, como Limoneros, Marbella o Club Waterpolo Málaga. En éste último milita, no obstante, el capitán de la selección española que compitió en el reciente Campeonato de Europa junior celebrado en Stuttgart, Rafael Fernández. La cita continental concluyó hace algo más de dos semanas y el malacitano se trajo un séptimo puesto. Sabor agridulce por el botín, orgullo infinito por portar el brazalete. "La experiencia fue muy buena. Sobre todo, por el orgullo que te da ser el primer malagueño y andaluz en ir a un Europeo y por haber sido elegido capitán. Fueron semanas duras, pero compensa", valora.

El grupo no pintaba fácil para España, que en su camino hacia el podio se topó con Italia, vencedora a la postre. "El objetivo pasó a ser el quinto puesto, pero Francia dio la sorpresa y ganó. Luego, vencimos a Montenegro. Creo que si hubiéramos tenido un grupo algo más fácil, podríamos haber terminado en mejor posición", se sincera Fernández, satisfecho por lo vivido en tierras alemanas. "Me lo he pasado muy bien, conoces otras culturas y personas de lugares e idiomas muy distintos", rememora. Haber sido capitán eleva la felicidad. "Primero fuimos 22. El corte lo superamos 16. Luego, disputamos un torneo internacional que sirvió de preparación para el Europeo y el seleccionador [Emilio Bautista] dijo que yo iba a ser el capitán. A mí me pilló por sorpresa, porque normalmente es una responsabilidad que recae en jugadores catalanes o madrileños", añade Fernández.

El malagueño retornó a los entrenamientos la semana pasada, aunque aprovecha estos días previos al comienzo del curso para ejercitarse mañana y tarde. La rutina de clases matinales y brazadas vespertinas no tardará en volver. Afronta 2º de Bachiller en el Colegio Europa. Fernández agradece el apoyo que le dispensan para que pueda desempeñar su labor deportiva. "Todos los profesores, compañeros y director me han ayudado muchísimo con el deporte. Si tenía que cambiar un examen o me ha venido un bajón, todos han estado ahí. Además, he contado siempre con el aliento de mi familia", señala.

A pesar de ser una firme profesa del waterpolo, el costasoleño dio sus primeros pasos en la natación. "Yo empecé a nadar con 5 años. Lo hice en la playa y después en cursillos de 15 días. Me iba bien, llegué hasta infantiles y fui a Campeonatos de España con la selección andaluza, pero tuve un problema y Manu Santiago [entrenador CW Málaga] me cogió para su equipo", cuenta.

Ingresó hace dos años con el club en Segunda Nacional. Bajó, pero el objetivo este año es regresar a esta categoría. La Liga Andaluza se le queda corta y ya le han tanteado desde Barcelona. "También espero acudir a las concentraciones de la selección e ir al próximo Mundial", apostilla.