En los años previos a grandes citas son continuos los parones ligueros. Dicen los profesionales del balón que molestan cuando el equipo se encuentra bien y que se agradecen cuando sobran piedras en el camino. A Muñiz y los suyos les viene muy bien este para reflexionar. Sobre todo, para el técnico, que quiere buscar fórmulas de trabajo que permitan mitigar los grandes males que están azotando el equipo: los problemas para definir y la facilidad para encajar goles. Este Málaga débil por delante y por detrás aún no está bien ensamblado.

Es lógico que el entrenador blanquiazul se muestre preocupado estos días y pretenda variar técnicas de trabajo para mejorar. La cifra de goles encajados no es muy preocupante (son ocho, lo cual le sitúa como el undécimo equipo más perforado de la Liga), pero sí la manera en la que se están produciendo: dos han sido los que han provenido de remates de cabeza y tres han llegado producto de jugadas a balón parado mal defendidas.

Morris (1-2 ante el Racing, jornada 3) y Ben Sahar (2-1, ante el Espanyol, jornada 4) remataron sin oposición para hacer sus respectivos goles, ambos en momentos importantes de partido. Asimismo, el propio racinguista culminó una falta lateral, al igual que Piqué en la jornada quinta para hacer el 0-2 en La Rosaleda. El domingo pasado Armenteros hizo más sangre al concretar un córner botado por Abel (a pesar de que antes se ayudara de los brazos para controlar el esférico). Los tres goleadores tuvieron algo en común: remataron sin oposición (Juanito reclamó falta por empujón de Touré en el gol de Barcelona). Demasiados despistes para haber transcurrido sólo una sexta parte de la Liga.

Con razón, Muñiz lleva preocupado por estos fallos de marcaje porque están costando puntos, concretamente tres. "Un equipo como el Málaga no puede permitirse esos lujos", lamenta el gijonés.

El panorama en la delantera tampoco es el más halagüeño. Con su actual media de un gol por encuentro, el conjunto blanquiazul es el decimosexto de la Liga al que más trabajo le cuesta batir a los guardametas rivales. El Xerez, que precisamente se estrenó ante el Málaga (1), el Tenerife (3), el hasta ahora irreconocible Villarreal de Valverde (4), el Espanyol (5) y el próximo rival, el Almería (5), son los únicos que han tenido más problemas que el Málaga.

Que sus jugadores no marquen gol no es lo que más inquieta a Muñiz, ya que lo preocupante sería que no crearan ocasiones. Sin embargo, sí que echa de menos más recursos para hacer mejores transiciones ofensivas y no tener que abusar tanto del juego directo. La falta de jugadores veloces y la ausencia de una referencia que haga de hombre de área sí que le dan dolor de cabeza. Sobre todos estos males tiene previsto operar el técnico estos días de parón.