Mucho ha tardado, pero Manuel Pellegrini empieza a ver la manera de encajar las piezas de su puzle. El chileno empezó a notar que su equipo había tocado fondo en El Molinón. La mala racha de seis jornadas sin victoria, afortunadamente rota el pasado domingo, al menos le ha servido para indagar mejor en su plantilla y mirar con algo más claridad de cara a la segunda vuelta, en la que serán habituales algunos de los rasgos positivos ya evidenciados ante el Sevilla. Con la salida de Apoño y la entrada de Kameni como únicas novedades de aquí a junio, el Ingeniero espera que este ejercicio de introspección sea el definitivo.

Lógicamente, las decisiones que ha tomado con respecto a su plantilla parten desde nombres propios. A dos de ellos los ha elevado a la categoría de fichajes. Se trata de Joaquín y, fundamentalmente, Baptista. Permanentemente al tanto de las sensaciones del jugador y lo que le transmiten los servicios médicos, el chileno tiene la convicción de que el brasileño reaparecerá a buen nivel. De ahí que se haya frenado un poco el plazo previsto para él, que marcaba el inicio de febrero como tope para su vuelta. Despacito y con pasos firmes, la Bestia continuará integrándose poco a poco al grupo para que, cuando esté disponible, pueda reaparecer al nivel del año pasado. Es menos grave lo de Joaquín, aunque el ex del Valencia ya lleva más de un mes fuera del equipo y sus problemas de cicatrización también aconsejan prudencia. La puesta a punto de ambos puede ir de la mano.

Otro de los llamados a ser protagonista en la segunda parte de la competición es Recio. Pellegrini ya le avisó, tras su último desencuentro con Apoño, que iba a cambiar su situación radicalmente. Pretende que la transición del canterano de la grada al equipo sea progresiva y eso ha hecho en los últimos partidos. Apenas gozó de once minutos ante el Barcelona, que subieron a media hora contra el Sevilla.

No obstante, la reaparición de Recio va de la mano del uso de Maresca en el once titular. Después de toda una vuelta haciendo experimentos en la línea de creación, el entrenador blanquiazul no quiere más probaturas acerca del acompañante de Toulalan en esa zona. El galo es fijo y en su buen estado de salud se confía para no tener que hacer más inventos. Duda, Apoño o Cazorla han pasado por ahí sin éxito. A partir de ahora, el italiano y Camacho se rifarán la plaza cuando Pellegrini crea que su equipo necesita un partido de más intensidad física; Recio estará en otro corte de encuentros más correosos. Al Ingeniero le han gustado mucho las dos últimas primeras partes, que partieron desde ese dibujo.

La gran noticia colateral de esta decisión es la vuelta de Santi Cazorla a posiciones más ofensivas, donde aparece como un jugador más amenazante y que se desgasta menos físicamente. Pellegrini pulsó el mal momento anímico del asturiano y ha decidido devolverle el protagonismo perdido de esta manera. Más incógnitas se presentan en el centro de la defensa, para jugar junto a Demichelis, y en el lateral derecho, donde Jesús Gámez y Sergio Sánchez siguen alternando. Weligton jugó para sujetar mejor a Negredo, aunque por ahora no apunta a que sea definitiva la salida de Mathijsen del once.