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A prueba el temple

  • Reforzado La llegada de Tiago Gomes y Erice vigoriza la meta del ascenso Merma Ambos rivales acuden con bajas

Podría decirse que el mercado invernal de fichajes computa como una jornada más de Liga. Sin puntos a ganar, pero reposicionando a los equipos en el umbral de la confianza y los nervios. Un estratégico momento para avituallarse deportivamente, los caídos en una oportunidad de corrección, los ambiciosos para no ver sus cabos sueltos en el tramo final y los situados en media tabla al objeto de definir mejor sus miras. El Málaga salió airoso de ese partido. De forma extemporánea, pero llegaron las cesiones de Tiago Gomes y Erice, públicamente una misión de prevención ante lesiones y sanciones, en el fuero interno un parche para las lagunas en el doble pivote. En resumen, una mejora en la vertebración que propulsa más aún la ventaja de siete puntos con la frontera del ascenso.

Sin poder vestirse aún de corto, el portugués y el navarro ya han contribuido al equipo. Tornaron lo que apuntaba a otro final infructuoso de mercado de invierno en la llegada de un creador y un destructor que no sólo apuntalan la plantilla para que Muñiz goce de dos jugadores por posición (en algunas, hasta más de uno) y la hacen más versátil, sino que, junto a la Real Sociedad y el Celta, los aspirantes que mejor se han reforzado en enero, dan ventaja a los blanquiazules en la carrera psicológica que aguarda en la segunda fase de la competición.

Dice la historia que tanto los que viven al cuello como los que se llevan el ascenso suman más puntos en la segunda que en la primera vuelta. El miedo al descenso da más garras a los débiles, los fuertes dejan de andarse con chiquitas. El resultado es el aumento de los empates, el descenso de la media de goles y la costumbre de partidos herméticos y aburridos. Se acepta el precedente inmediato de Salamanca como radiografía del juego que se espera de aquí a final de temporada.

El Alavés es el primer invitado a ese nuevo decorado que se inaugura hoy en La Rosaleda. Lo que fue el Málaga el año pasado contra lo que el Alavés quiere ser la próxima temporada, un guiño para no parecer desmemoriado y valorar realmente la actual ventaja con el cuarto clasificado.

Sin Baha ni Antonio Hidalgo, 14 goles como producción goleadora, los focos apuntan a Salva y Peragón, que pese a no haber formado aún como tándem inicial han recolectado doce dianas. Pero no es el gol lo que preocupa en Martiricos, sino el camino hasta él. Ahí deben reclamar su cuota de protagonismo Apoño y Paulo Jorge, que medio campeonato después aún no han solidificado las buenas expectativas apuntadas puntualmente.

Pero ahora los biorritmos blanquiazules los marcan sus centrales. El Málaga inicial que vivía a alta velocidad en la zona de tres cuartos de cancha y sentenciaba con una incontestable pegada ahora navega a una velocidad lenta, pero segura. Su fútbol se ha vuelto tedioso y con lagunas en la creación -especialmente atacando en estático-, si bien resulta muy rentable para dosificar una ventaja que de una semana a otra está virando en una horquilla de siete a nueve puntos. Hoy en Martiricos dar por hecha la victoria sería caer en el peor error posible, pero qué pensará un Josu Uribe que, mermado por la Ley Concursal, y a partir de hoy sin Astudillo, se encomienda más que nunca a su única baza: Aganzo, una credencial de nueve goles en 15 partidos.

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