UNICAJA

El puzle interior ya sí que cuadra

  • La llegada de Garbajosa y la consolidación de Sinanovic han dado forma definitiva a una parcela del juego que ha provocado muchos quebraderos de cabeza en Los Guindos

Robert Archibald y Joel Freeland como cincos, Giorgos Printezis y Guille Rubio como cuatros y Augusto Lima como complemento. Ese era el juego interior con el que el Unicaja de la temporada 2010/11 echó a andar el pasado mes de agosto. No era el grupo de hombres altos más deseado. Ya por aquellas fechas se intuía que en los meses posteriores se podría llegar a echar en falta más centímetros bajo los aros y los ala-pívots no contaban con el la confianza absoluta de Aíto García Reneses. Pero las gestiones en verano para configurar uno más competitivo resultaron infructuosas. Se fracasó en la búsqueda de un pívot que mejorara las prestaciones de Archibald y no se encontró ninguna puerta de salida para Printezis y Rubio. El juego interior comenzó torcido y el paso de los días y los partidos no hizo otra cosa que confirmar los peores pronósticos.

 

Desde entonces, el juego interior se convirtió en un puzzle que tanto Aíto García Reneses y Quim Costa como después Chus Mateo y Paco Aurioles se han esforzado en cuadrar. La etapa de Aíto finalizó con pocos resultados positivos en ese sentido. Archibald completaba entonces la que quizá era su peor campaña como cajista, Lima era una sombra del jugador prometedor que sorprendió la temporada anterior y Printezis era relegado al fondo del banquillo, del que no salió durante varios encuentros por decisión técnica. La verdadera resolución del rompecabezas comenzó a mediados de enero.

 

La llegada de Chus Mateo y Paco Aurioles trajo ideas nuevas y una de las primeras decisiones fue la de poner a entrenar con el primer equipo a Nedzad Sinanovic. Aurioles creía en sus posibilidades después de tenerle a sus órdenes en el filial y Mateo le brindó una oportunidad. Primero, en los entrenamientos, y, desde hace casi mes y medio, como miembro de la plantilla. La irrupción del gigante bosnio ha resultado crucial en la reconfiguración del juego bajo los aros. Más allá de su buen rendimiento estadístico (promedia 8.6 puntos y 6.3 rebotes en apenas 16 minutos de juego) aporta intimidación defensiva y ayuda a mejorar una de las facetas más deficitarias en la etapa anterior: el rebote. Su presencia, además, ha tenido dos efectos colaterales vitales. Por un lado ha permitido pasar definitivamente a Joel Freeland a la posición de cuatro, el lugar donde, según los técnicos, puede llegar a explotar todo su potencial y donde deberá curtirse si quiere ascender en la jerarquía europea. Los resultados les dan la razón. Y por otro, ha servido de acicate para un Archibald que ha visto en la irrupción del bosnio la mejor motivación para volver a su mejor nivel. Sina ha mejorado a los dos británicos.

 

La pieza que ha hecho encajar definitivamente el puzle ha sido Jorge Garbajosa. No era una apuesta segura pero el madrileño ha terminando dando la consistencia y el carácter necesario para disponer de un juego interior que, ahora sí, parece estar en condiciones de pelear con garantías en la pintura.

Sinanovic, Archibald, Freeland y Garbajosa. Si no hay lesiones, este será el juego interior del Unicaja hasta el final de la temporada, más la aportación puntual de Carlos Jiménez. Por el camino han quedado Augusto Lima, cedido en Granada, y Guille Rubio y Giorgos Printezis, actualmente sin ficha y más fuera que dentro en los planes para la próxima temporada. El puzzle, a seis jornadas del final de la fase regular, ha cuadrado finalmente.

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