Cuando el Málaga cerró la cesión del jugador del Benfica Paulo Jorge, el aficionado se ilusionó por su club de procedencia, más allá de que la gran mayoría no conocía que la trayectoria del extremo luso era la de un luchador que buscaba un hueco en Primera haciendo ruido en Segunda. Por más que lo ha intentado, el 20 blanquiazul no ha logrado despojarse de esa expectativa con la que aterrizó en la Costa del Sol. Media temporada después, sigue con esa lucha personal. A los que le acusan de no ser un jugador decisivo, él les responde que está cumpliendo en el rol defensivo que le asigna Muñiz. Así se escribe la historia de Paulo Jorge en cada partido.

Con ello, no es grato para el de Oporto leer que el club busca reforzar la banda derecha. No obstante, eso es un motivo más para darlo todo en cada partido. De hecho, Paulo Jorge sigue convencido de que su mejor fútbol, como ese que se puede ver en vídeos de la pasada temporada, llegará: "En verano se crearon muchas expectativas con que yo era un crack, pero nunca me consideré un crack. El primer día que llegué hablé para los medios y dije que venía para jugar, no dije que venía a hacer los goles. Algunos han hablado mal de mí, pero no pasa nada, estoy seguro de que voy a arrancar muchas más palmas".

Aun así, el impetuoso extremo reconoce que no se ha adaptado "ni al club ni a la ciudad" y hace autrocrítica: "Creo que no he hecho cosas extraordinarias, pero sí un trabajo muy bueno para el equipo, por eso estoy contento". Al portugués le molesta que no se valore el equilibrio del trabajo en equipo. "En el equipo hay quien hace gol y quien hace asistencias, pero para que eso pase otros tienen que trabajar mucho", explica el blanquiazul, que tiene la tranquilidad que le da el entrenador y de haber jugado 19 de los 21 partidos de Liga disputados: "Lo importante es que Muñiz esté a gusto con mi trabajo, y aún no me ha dicho que no lo esté".

No es Paulo Jorge un futbolista de bajar los brazos, por ello se siente con más fuerzas que nunca para afrontar con éxito la segunda vuelta, tanto en lo personal como en lo colectivo. "Si yo no estoy a gusto aquí, si no estuviera con ganas de venir a trabajar, hablaría con Muñiz y le diría que me voy. Seguro, porque soy una persona muy frontal y cuando no estoy a gusto en un sitio o con alguien lo digo", afirma.