La selección española tratará de sellar hoy (20:45) ante Croacia, por cuarta ocasión consecutiva, su billete para las semifinales de un Mundial, una cita a la que no falta desde que se colgó el bronce en el año 2011 en Suecia.

Para lograrlo, el conjunto español deberá recuperar ante los croatas la solidez defensiva de la que careció en octavos ante Brasil, en un duelo en el que España encajó en la primera mitad un total de 18 goles, apenas cinco menos de los 23 que concedió de media por partido en los cinco choques de la primera fase.

"Tenemos que recuperar las sensaciones defensivas", recalcó el seleccionador español, Jordi Ribera, que confía en que el susto vivido ante la selección brasileña sirva de lección para el enfrentamiento de cuartos de final con los balcánicos.

Máxime ante la facilidad goleadora de un equipo como Croacia, que no sólo cuenta con reputados cañoneros, como el lateral Luka Stepancic o Stipe Mandalinic, sino que bajo la dirección de Domagoj Duvnjak y Luka Cindric es capaz de conectar una y otra vez con sus extremos y pivotes.

Una de las principales preocupaciones de la defensa española será frenar el juego de Duvnjak y Cindric, dos centrales de características muy diferentes, más lanzador el primero y eléctrico en sus penetraciones el segundo, que dotan de un gran dinamismo a la ofensiva balcánica.

El problema se agudiza con el habitual recurso del conjunto croata de atacar con siete jugadores de campo. Una táctica que ya causó problemas a España ante Macedonia, y en la que tanto Cindric como Duvnjak se manejan a la perfección.

No obstante, los peligros de la selección croata, que hasta el momento sólo ha perdido un partido en el Mundial, ante Alemania por 28-21 en la primera fase, no se limitarán a su eficaz ataque, ya que España se las tendrá que ver con una de las defensas más sólidas en ataque.

La auténtica muralla humana que conforman en el eje de la zaga balcánica los gigantescos Jakov Gojun y Zeljko Musa obligarán al conjunto español a buscar más que nunca el juego por los exteriores ante la dificultad de lanzar por encima de los fornidos defensores croatas.

España deberá imprimir velocidad mediante la dirección de sus dos centrales, Sarmiento y Entrerríos, una velocidad que no debe mermar la precisión en los pases tanto a los extremos como al pivote, ya que, como señaló el seleccionador español, Jordi Ribera, Croacia no desaprovecha el fallo rival para desplegar sus contras.

Una faceta del juego en la que destacan los extremos Zlatko Horvat y, sobre todo, Manuel Strlek, un auténtico velocista, que no ha fallado ni uno solo de los contraataques que ha podido correr a lo largo del torneo.

Contragolpes que, sin embargo, no fueron tan numerosos en el encuentro de cuartos que los balcánicos disputaron ante Egipto, quizá fruto de los numerosos minutos que acumulan piezas claves como Zeljko Babic.

Lo confirman la más de cuatro hora de juego que acumula el extremo Zlatko Horvat, casi el doble de tiempo disputado por los cuatro exteriores del equipo español, o las cuatro horas de Stepancic, casi una más que las que acumula Joan Cañellas.

El físico ya fue determinante en la victoria que España logró el pasado año en las semifinales del Europeo de Polonia, el segundo de los dos triunfos consecutivos de los Hispanos sobre Croacia.