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Esto es algo serio

  • Lanzado El Unicaja firma otro gran triunfo ante el Barcelona, guiado por un brutal Haislip y un decisivo Cabezas Comunión Los malagueños se acercan con más argumentos cada vez más serios a Vitoria

La Navidad se vislumbra plácida para el Unicaja. Quién lo hubiera dicho hace un mes. Aquel holograma de equipo parece algo muy serio ahora mismo. No es ya aquel bloque desesperadamente fluctuante capaz de ganar por más de 20 al Maccabi y dos días después caer por igual diferencia en Vitoria. Nueve victorias en los últimos diez partidos suponen ya una tendencia muy clara. Una curva ascendente a la que no se otea un límite. Ayer cayó en un Carpena encendido, que ha multiplicado su ilusión en las últimas contiendas, un Barcelona también en progresión, ganador de 17 de 21 partidos oficiales esta temporada. Cayó a plomo el equipo culé, derrumbado por los puñetazos de un rival asido a un águila bicéfala encarnada en Marcus Haislip, sobrenatural (24 puntos y 10 rebotes) durante todo el partido, y un Carlos Cabezas en su línea de exuberancia que apareció en el tercer cuarto para alterar la igualdad que presidía el choque. Ellos fueron el particular ariete de Scariolo, pero la masa de todo el equipo, desde un muy mejorado Berni al siempre eficaz Carlos Jiménez, empujó hasta alcanzar un triunfo valioso (77-62) que coloca al Unicaja en balance positivo (7-6) tras cinco victorias consecutivas en ACB, todas ellas por un margen superior a los 10 puntos.

Ganó el Unicaja a pesar de ese pequeño diablillo, Jaka Lakovic. Scariolo fue quizá uno de los primeros sufridores de su capacidad, en un partido de Euroliga que el modesto Novo Mesto venció a su Madrid (55 de valoración). A pesar de padecer cuatro defensores diferentes (Berni, Cabezas, Popovic y Welsch), el esloveno firmó 24 puntos y fue el último que descreyó de la victoria en el conjunto catalán. Tanto, que le señalaron dos técnicas durante el partido en su ansia por alargar su vida. En cambio, padeció un infierno en el tercer cuarto, cuando Carlos Cabezas le sobrepasó y rompió el partido. Por momentos, parecía humillante la superioridad física del malagueño sobre el esloveno. Y ello se tradujo en una renta superior a los 10 puntos (48-37), tras 10 tantos en tres minutos de Cabezas, que el Barcelona apenas pudo rebajar con el partido ya casi decidido.

Antes, Haislip había sostenido al equipo en un primer tiempo primoroso que tuvo continuidad en otro gran cuarto final. El Barcelona adquirió una renta al final del primer cuarto (14-19) que el ala-pívot de Lewisburg liquidó con nueve puntos consecutivos de todos los colores: triples, movimientos en el poste, rebotes de ataque y brutales mates en los que la pista se le queda corta y el aro bajo. En medio, salió Pepe Sánchez, recibido con una ovación y aplaudido en cada salida a la pista. No fue el mejor partido del maestro argentino, que en ocasiones se ve subordinado al talento anotador de Lakovic. No tiene tanta suerte en los recibimientos Fran Vázquez, al que se abronca en cada lance.

En el alambre circuló el resto del primer tiempo (33-31 para el Unicaja al final) hasta la irrupción del ciclón Cabezas. Anotó la última canasta antes del descanso y, después, se entendió con Haislip para poner el partido en franquía para los locales. En medio de las protestas del Barcelona por el arbitraje, el Unicaja edificó un dique de contención en los 10 puntos que sólo Lakovic osó a derrumbar. Pero era demasiado tarde ya. La presión a toda pista que ordenó Ivanovic costó algo superarla. Pero cuando se consiguió todo fue más sencillo y el Unicaja acabó el partido con la máxima renta (77-62) que había adquirido a lo largo del duelo.

El Unicaja prolonga su estado de felicidad en época de buenos propósitos. El futuro parece diáfano para un equipo en imparable ascenso. Madrid y Barça han caído por amplio margen en dos semanas. La particular pesadilla verde, el DKV Joventut, es el siguiente reto. No hay miedo.

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