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El trono y la era de Woods se tambalean

Tiger Woods está en el peor momento de sus 14 años de carrera profesional. Pudo evitar la caída del trono como número uno porque su rival, Phil Mickelson, fue clemente, pero el final de la actual era de la superestrella estadounidense del golf parece próximo.

En el torneo de Akron, el propio Woods inició el desmontaje de su propio reinado, precisamente en una competición en la que posee el récord del campo y donde había ganado siete veces desde 1999.

A una semana del cuarto major del año, el US PGA Championship, y a dos meses de la Ryder Cup en Gales, el estadounidense Woods, de 34 años y ganador de 14 títulos de Grand Slam, alcanzó el punto más bajo de su carrera.

Su última vuelta de 77 golpes (cinco sobre el par), su tarjeta completa de 298 impactos y su penúltimo puesto entre 80 participantes fueron los peores resultados de toda su brillante carrera. En 11 presencias previas en Akron, nunca había acabado por debajo del quinto lugar. A su entrenador lo despidió hace meses y desde entonces, en los ocho torneos en los que jugó este año, no sabe lo que es ganar.

"Si sigo así, no jugaré la Ryder Cup. No podría ayudar al equipo de esta forma", dijo Woods.

Desde hace 270 semanas, Woods lidera el ranking mundial de forma ininterrumpida, y lleva un total de 612. Y seguirá en lo más alto gracias a que Mickelson fue incapaz de ser cuarto en Akron, el mínimo que necesitaba para alcanzarle. Su clasificación directa para el equipo estadounidense de la Ryder Cup todavía no está decidida, porque aún no logró los puntos necesarios . Y es más dificíl de lo que parece. Woods llegó a Akron con la idea de que de nuevo dominaba todos los parámetros después de que a final de julio ocupara el puesto 23 en el British Open y que entrenara luego como un poseso. Tras la debacle de Akron, todo eso se rebeló como una mera ilusión.

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