Muchos grandes jugadores corrieron por el césped de La Romareda. La historia es testigo de ello. El 29 de octubre de 1994 nació el jugador nacional en activo actualmente más laureado: Raúl González blanco. Fue un estreno para no olvidar, porque falló varios goles claros. Aquella noche sin puntería fue un oasis en una carrera posteriormente espectacular. Jorge Valdano fue su valedor (el hoy dirigente Sandro compartió habitación con el delantero en aquella concentración) y de él destacó aquella noche su desparpajo, su movilidad, su capacidad para multiplicar soluciones. Y en ese mismo estadio escribió su primer gran episodio Juan Miguel Jiménez López. Juanmi ya es el bigoleador más precoz de la historia de la Liga.

Precisamente, superando a Raúl, quien junto a Bojan había logrado un doblete con 17 años y 208 días. Ahora el récord está en 93 días menos, los que marca la perla coína del Málaga. Y aunque en Martiricos ya había hecho historia la temporada pasada, es su primera gran pica en la élite, el kilómetro cero de su joven currículo para el gran público. Ya saben de lo que es capaz.

Curiosamente los que han contribuido a su formación siempre vieron en él el oportunismo y el instinto natural de Raúl. Sin embargo, el precedente cercano de Popo, que tuvo un debut tan fulgurante como una invisible estela posterior, ha llevado a sus entrenadores y formadores a querer huir de ese apelativo públicamente para que el listón no sepulte su carrera.

Sin embargo, en Zaragoza mostró algunas de esas virtudes. El novel delantero se movió muy bien entre líneas, volvió locos a Jarosik y Contini en la fijación de la marca y supo hacer desmarques muy buenos para sus compañeros. Fruto de ello es que no cayó en fuera de juego ni una sola vez en todo el encuentro. En el segundo tanto supo esperar la cabalgada de Eliseu retrocediendo la carrera para no caer en posición incorrecta para luego empujar a gol con facilidad ante Leo Franco; en la segunda parte hizo lo propio con una gran asistencia de Quincy, aunque su mala definición ante el meta argentino le privó de lograr un hattrick, algo que habría roto todos los precedentes de la Liga.

En su pequeña espalda lleva también el mérito de haber sido el malaguista más joven en debutar en competición oficial y en marcar un tanto. Lo hizo con 16 años y 238 días de vida, en el Coliseum Alfonso Pérez. A este ritmo va camino de sumar más logros.

Y no es algo que inquiete a Jesualdo Ferreira, quien ha apostado firmemente por el canterano a pesar de su juventud. El portugués salió muy satisfecho de su partido en Zaragoza y le mima en cada entrenamiento para invitarle a ser ese jugador descarado que promete.