Tribuna Económica

Rogelio Velasco

Actividad emprendedora en España

Poco después del inicio de la crisis, uno de los fenómenos que surgió y fue ganando fuerza durante los siguientes años fue el de creación de nuevas empresas en España.

En los peores momentos, antiguos empleados de empresas que habían desaparecido, iniciaron una pequeña actividad empresarial como forma de ganarse la vida, ante la imposibilidad de conseguir un empleo por cuenta ajena. Esa actividad empresarial por necesidad, no ha tenido, en general, éxito. Crear una empresa con éxito, por simple y conocido que sea el sector, requiere habilidades, formación, actividades de marketing, localización adecuada, entre otras tareas. La mayoría de esas nuevas empresas acaban cerrando en un corto plazo.

Sin embargo, los motivos para la creación de una empresa han ido cambiando en el curso de los últimos años. El deseo de triunfar como empresario, manejar y controlar sus propios recursos, ganar dinero, innovar creando un nuevo producto que tenga éxito, conseguir reconocimiento social son otros motivos -distintos a la necesidad- que explican la creación de nuevas empresas y las actividades emprendedoras en España en los últimos años.

Hay, además, un efecto imitación. Hacemos, en buena medida, lo que hace el entorno en donde vivimos y trabajamos. Y desde hace menos de una década han proliferado notablemente iniciativas innovadoras sobre productos y servicios con un gran potencial de mercado.

En Madrid, pero operando en toda España, los fondos de capital riesgo que invierten en nuevas empresas apenas podían encontrar emprendedores que estuviesen desarrollando productos disruptivos, que contuviesen una propuesta de valor superior a las soluciones ya existentes. En la actualidad, el panorama ha cambiado notablemente. Muchos de los nuevos proyectos de empresas están internacionalizados desde el primer momento. El mercado al que se dirigen no es sólo el español, sino el europeo y el norteamericano, buscando los mayores mercados.

Muchos de esos nuevos emprendedores son profesores de las ramas de ciencias y de escuelas de ingeniería que se asocian con personas con experiencia empresarial. En otros casos son antiguos alumnos de ese mismo perfil o estudiantes de escuelas de negocio que acuerdan iniciar una actividad empresarial. En todos esos casos, el entorno en el que se desenvuelven resulta fundamental para explicar la explosión de la actividad emprendedora.

Estas tendencias, aparecen recogidas en la nueva edición del Informe GEM 2016 sobre España, que alcanza su edición decimoséptima. Resulta muy prometedor que, el pasado año, el 27,8% de las iniciativas emprendedoras tuviesen una orientación internacional, dando un salto desde el 20,9% del año anterior. Los nuevos emprendedores tienen un nivel de inglés suficientemente bueno como para plantear, desde el inicio de la actividad, esa orientación hacia los mercados internacionales. Además, más del 70% de los nuevos empresarios justifican su actividad porque detectan una oportunidad nueva, frente al resto que lo hacen por necesidad.

No obstante, la comparación con las principales economías europeas, señala que todavía hay un amplio margen para que las actividades emprendedoras sigan creciendo.

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