el periscopio

León Lasa

Desigualdad creciente

Es probable que si la riqueza global se repartiera, no veríamos en el telediario esas imágenes desgarradoras

Creo recordar que fue Gandhi el que dijo -en una de esas citas que figuraban en los pósters de nuestra adolescencia- que hay suficiente en la Tierra (al menos en aquella época de 3.000 millones de habitantes) para satisfacer las necesidades de todos, pero no para contentar la avaricia de algunos pocos. Puede que la frase -tomada tal cual- no esté exenta de razón. Es más que probable que si la riqueza global del planeta Tierra se repartiera equitativamente entre sus habitantes (ojo, también la nuestra, la de usted y la mía, no solamente la de Trump y Ortega), no veríamos en el telediario esas imágenes desgarradoras que con frecuencia nos inundan. Podríamos intentarlo al menos. Lo cierto es que, por mucho que hablemos, que asistamos a carreras solidarias, que donemos un euro a cualquier causa que sea trending topic, o que nos afiliemos a alguna oenegé más o menos enrollada, la sensación de desigualdad que uno tiene a nada que lea o escuche las noticias no hace sino incrementarse con el paso del tiempo. Y las cifras, además, no hacen sino probar machaconamente esas sensaciones. Cada vez hay más riqueza en manos de unos pocos que no pueden ni siquiera hacer uso de toda ella. Es algo que empieza a ser insultante. En ese sentido -y no parece una perogrullada- en el Reino Unido el líder laborista ha propuesto limitar el salario máximo de quienes más ganan. Why not?

Esta semana hemos sabido que tres personas -Amancio Ortega e hija y Juan Roig, propietarios de Inditex y Mercadona, respectivamente- acumulan la misma riqueza que el 30% más pobre del país, unos catorce millones de habitantes: es decir, Cataluña y Madrid juntas; o, más cerca, toda Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia. Una barbaridad a nada que se piense un poco. Vaya por delante mi admiración por estas personas que, prácticamente de la nada, han sido capaces de montar tamaños imperios, pero, ¿es razonable? ¿Es operativo? ¿Es, en definitiva, práctico? En el año 2016 un 10% de los españoles más acaudalados poseía el 56% de la riqueza del país, o lo que es lo mismo, cuatro millones de personas acumulaban lo mismo que cuarenta y dos millones (a nivel mundial, ocho personas amasan la misma riqueza que la mitad de la población del globo).

Según el Informe en el que se basan esos datos -Sobre la Desigualdad en España, año 2016; de Oxfam- España es el país de la OCDE en el que más ha crecido la desigualdad durante la crisis, después de Chipre (gran consuelo) y ello debido a dos razones principalmente: un sistema impositivo regresivo basado sobre todo en las rentas del trabajo, y una redistribución de recursos ineficaz. Podríamos intentar corregirlo. Aunque sea más aburrido, prefiero parecerme a Noruega que a Venezuela.

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