Economía

Draghi aleja de nuevo el fin de los estímulos hasta que suba la inflación

  • Aboga ante la Eurocámara por mantener "un nivel sustancial" de incentivos monetarios porque persiste la "incertidumbre"

  • Aun así confirma que el BCE tomará decisiones este año

Mario Draghi, el pasado día 7 en Fráncfort.

Mario Draghi, el pasado día 7 en Fráncfort. / ARMANDO BABANI / efE

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, avisó ayer de que persisten las incertidumbres con respecto a la inflación en la Eurozona, en particular la volatilidad en los tipos de cambio, y defendió la decisión de mantener un "nivel sustancial" de estímulos monetarios.

Draghi confirmó que el BCE tomará decisiones "este año" sobre el futuro de sus instrumentos de política monetaria, es decir, su política de bajos tipos de interés -donde mantiene la tasa rectora en el 0 %- y su programa de compra de deuda pública y privada de la Eurozona por un valor de 60.000 millones de euros al mes.

"La firme recuperación económica aún debe traducirse en inflación más fuerte", avisaEl presidente del BCE apoya la ampliación de la Eurozona y pide que haya "voluntad política"

El economista italiano subrayó que la institución aún no ha tomado ninguna decisión sobre el ritmo de retirada de estos estímulos e incidió en que la cuestión se discutirá "en otoño" mientras que "probablemente el grueso de las decisiones va a tomarse en octubre".

"Necesitamos ser pacientes y persistentes. Un ajuste al alza de la inflación que sea duradero y sostenido por sí mismo requiere una mayor absorción de la inactividad económica. Esto, a su vez, aún requiere un amplio grado de política monetaria acomodaticia", dijo Draghi ante la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios de la Eurocámara.

El presidente del BCE consideró que "la firme recuperación económica aún debe traducirse de forma convincente en una dinámica inflacionista más fuerte".

Recordó que, si bien los riesgos deflacionistas "esencialmente han desaparecido", el alza de la inflación ha sido "moderada" en los últimos meses y se espera que el año próximo caiga, para volver a crecer en 2019 hasta el 1,5 %.

Draghi subrayó que, aunque el BCE "confía" en que la inflación convergerá hacia su objetivo de que se sitúe en cotas próximas pero por debajo del 2 %, hay "ciertas incertidumbres".

"Sobre todo, la reciente volatilidad en el tipo de cambio representa una fuente de incertidumbre que requiere vigilancia por sus posibles implicaciones sobra la estabilidad de precios", dijo Draghi.

Draghi señaló que la fortaleza del euro, que ayer cerró en 1,1867 dólares, se debe a la "incuestionable" mejoría de la economía de la Eurozona, la mejora de la confianza internacional en ella, y las diferentes expectativas sobre la política monetaria que adopten otras jurisdicciones.

"Aunque es difícil distinguir entre estos tres factores, algunos han tenido un efecto sobre el rumbo de nuestra inflación. Tanto que el Consejo de Gobierno dijo que vigilarían los desarrollos y expresó preocupación", afirmó en referencia a la última reunión de su órgano de gobierno.

Tras esta reunión el BCE confirmó que mantendrá las compras de bonos al menos hasta final de año y se mostró dispuesto a ampliarlas si las condiciones económicas empeoran.

Ante la Eurocámara, Draghi defendió que este programa no solo ha beneficiado a las empresas cuyos bonos adquiere, sino que también ha permitido mejorar las condiciones de financiación otras entidades no financieras, incluidas las pymes.

Hasta ahora, bajo su programa de compra de bonos corporativos (deuda privada), el BCE ha adquirido bonos por cerca de 110.000 millones de euros de 200 empresas en 20 países, dijo Draghi.

Por otra parte, el presidente del BCE negó que se estén generando nuevas burbujas en el sector inmobiliario, puesto que los aumentos de precios se están dando solo en ciertos países y ciudades y porque no se observa, al mismo tiempo, un aumento del apalancamiento (del crédito) como se dio durante la crisis financiera.

Draghi apenas hizo mención a las propuestas para el futuro de la Unión Económica y Monetaria (UEM) esbozadas por el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, durante su discurso sobre el estado de la Unión Europea a mediados de septiembre.

No obstante, recordó que la UEM aún tiene "problemas estructurales" que impiden la convergencia económica, y advirtió que para solventarlos serán necesarios "pasos decisivos" para mejorar su gobernanza.

Sobre la idea de impulsar la ampliación de la Eurozona, el presidente del BCE señaló que hace falta, por un lado, que los futuros miembros cumplan los criterios de convergencia y, por otro, que tengan la "voluntad política" de unirse.

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