Economía

EEUU no convoca a España a la cumbre, pero está dispuesto a escuchar sus ideas

  • Los miembros del G7 y otros trece países se reunirán en Washington para analizar la crisis · Zapatero insiste en que "hay razones objetivas para hacer valer nuestra voz allí donde tiene que ser oída"

La Casa Blanca se mostró hoy dispuesta a escuchar las ideas que España quiera exponer en la cumbre financiera convocada para el 14 y 15 de noviembre en Washington, aunque el Gobierno español no estará representado a título individual. Según declaró el portavoz de la Casa Blanca, Tony Fratto, "no hubo una decisión de excluir a España" de la reunión, sino que en el proceso de consultas para su celebración se decidió que el mejor formato era el G-20, integrado por las principales economías desarrolladas y en desarrollo.

"Lo que los líderes decidieron en el proceso de consultas es que el G20 ya había desarrollado una amplia labor en este área (de la crisis financiera) y era el mejor modo de determinar los participantes" en la cumbre, explicó Fratto. Al menos otra docena de países hubieran merecido estar en esta reunión, dijo el portavoz, pero si se admite a demasiados países "puede ser un grupo demasiado grande y entonces no se puede llegar a un consenso sobre cómo avanzar, por lo que la decisión fue ceñirnos al formato del G20", añadió el portavoz.

El G-20 está compuesto por los países del G-8 (que aglutina a Rusia y a los siete países más industrializados: Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, Canadá, Japón), la Unión Europea y países emergentes como Argentina, Australia, Brasil, Corea del Sur, China, India, Indonesia, México, Arabia Saudí, Sudáfrica y Turquía.

Sin embargo, Fratto matizó que "hemos insistido en que estamos dispuestos a escuchar a todos y les animamos a presentar las ideas o preocupaciones que quieran presentar". "Si España quiere presentar esas ideas a través de alguno de los líderes individuales que acudirán a la cumbre, o a través de su representación en la Comisión Europea, desde luego serán bienvenidas", agregó el portavoz.

Zapatero: "Debo hacer que mi país esté ahí"

Después de conocer las declaraciones de Fratto, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha insistido en que hay razones para que España participe en la cumbre financiera. Fuentes del Ejecutivo han ratificado el mensaje que ayer lanzó Zapatero: no puede dejarse fuera de la cumbre "constituyente" del nuevo modelo financiero internacional a la octava potencia del mundo y a un país con un sistema financiero sólido y solvente.

En el Palacio de la Moncloa se insiste en que "hay razones objetivas para hacer valer nuestra voz allí donde tiene que ser oída". Como ejemplo, las fuentes han recordado el liderazgo de Zapatero en la convocatoria de la reunión del Eurogrupo y su participación en el Consejo Europeo que consensuó la respuesta de la UE a la crisis financiera internacional. Además, Zapatero viaja mañana a China para asistir a la Cumbre Europa-Asia y la próxima semana asistirá a la Cumbre Iberoamericana, con lo que se convertirá en el único líder que, en pocos días, ha afrontado la crisis en tres continentes.

Zapatero reconoció la dificultad de cambiar formatos estáticos que llevan años funcionando, como el G-8 o el G-20, pero no obstante insistió. "Debo hacer que mi país esté ahí; si lo conseguimos, será un mérito del país; si no lo conseguimos, obviamente ya sé lo que va a pasar", dijo asumiendo de antemano las futuras críticas.

Por su parte, el jefe de Estado francés, Nicolas Sarkozy, cuyo país es el presidente de turno de la Unión Europea, se mostró hoy de acuerdo en la conveniencia de la presencia española. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, ha asegurado también que "estaría encantado" de que España participase "sin ninguna reserva" porque es "lo natural", pero ha reconocido que la decisión final es de EEUU como país organizador.


Una reunión para evitar otras crisis

La reunión, según anunció hoy la Casa Blanca, tendrá lugar entre el 14 y el 15 de noviembre en un lugar aún por determinar en el área de Washington. El encuentro de jefes de Estado y primeros ministros comenzará con una cena el 14 y se prolongará con sesiones de trabajo el día siguiente. La cumbre será la primera de una serie de reuniones en las que los líderes analizarán cómo afrontar la actual crisis, que amenaza con crear una fuerte desaceleración mundial, y especialmente cómo evitar otras en el futuro.

La portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, indicó que en estas reuniones se crearán grupos de trabajo que estudiarán las reformas institucionales y de normativas que necesitan los mercados financieros. La primera reunión tendrá por objeto estudiar las causas que han desembocado en la actual crisis financiera, así como las medidas que se han tomado para frenar la caída de los mercados. También se formularán recomendaciones que serán estudiadas en las siguientes reuniones.

La cumbre, según Perino, "dará una importante oportunidad a los líderes para fortalecer los cimientos del capitalismo al abordar cómo mejorar su compromiso con unas economías abiertas y competitivas, así como con la liberalización del comercio y la inversión". La celebración de la cumbre fue anticipada el pasado fin de semana durante un encuentro en la residencia presidencial en Camp David (Maryland) entre Bush, Sarkozy y Barroso.

La celebración de la cumbre tendrá lugar apenas diez días después de las elecciones presidenciales estadounidenses, que elegirán al sucesor de Bush entre el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain. Según Perino, la Casa Blanca buscará las opiniones del presidente electo, aunque aún es prematuro apuntar si el vencedor asistirá a la cumbre. "No sabemos lo que ese presidente querrá hacer, y por lo tanto dejaremos eso abierto por el momento. Pero el presidente tiene muchas ganas de recabar las opiniones de su sucesor sobre cómo avanzar" para resolver la crisis financiera, explicó la portavoz.

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