El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, avanzó ayer que trabaja en un plan para flexibilizar el endurecimiento de la normativa de aplazamiento del pago del IVA a las pymes y a los autónomos, que se han visto perjudicados por la reforma del sistema aprobada en diciembre, y que baraja penalizar fiscalmente a las empresas morosas con sus proveedores.

En una comparecencia en la Comisión de Hacienda del Congreso, expuso las principales líneas en las que trabaja su departamento, entre las que destaca la elaboración de unos Presupuestos Generales del Estado que prevé consensuar con los grupos parlamentarios en las próximas semanas.

El ministro defendió las últimas medidas tributarias aprobadas, como la prohibición de aplazar las deudas tributarias, pero admitió que la intención del Gobierno no era castigar a los autónomos y las pymes. A este respecto, avanzó que la Agencia Tributaria trabaja en la elaboración de un procedimiento para evitar que esta medida perjudique a las empresas "que tienen un facturación de IVA más baja". Esta fórmula, cuyos detalles se desconocen, se pondrá en marcha "cuanto antes" y el sector reclama sea como máximo el 30 de enero, cuando se liquida el IVA.

Montoro avanzó también que el Gobierno prevé poner en marcha medidas para combatir la morosidad empresarial, entre las que podrían figurar "penalizaciones en materia tributaria" para las compañías que paguen a sus proveedores en plazos mayores a los establecidos por ley.

El ministro incidió durante su discurso que 2017 será "un año difícil" que requiere unos presupuestos exigentes, ya que habrá que pasar de un déficit público del 4,6% al 3,1% del Producto Interior Bruto (PIB), lo que supone un ajuste de unos 16.000 millones de euros.

No obstante, no serán necesarias nuevas medidas presupuestarias para cumplir con esta meta, sino que bastará con materializar las ya aprobadas, según el ministro.

Montoro reiteró en varias ocasiones que los presupuestos incorporarán los acuerdos de investidura con Ciudadanos, aunque recordó que también deberán salir adelante con el apoyo de otras fuerzas. Puntualizó que la política económica debe ser "flexible" y no rígida y que confía en que en esta legislatura se entierre la crisis económica "definitivamente".

El titular de Hacienda ve una recuperación "saludable", y como prueba que la recaudación por IRPF y por IVA de 2016 superará la de 2007, y sumará unos 134.900 millones de euros.

Por el Impuesto sobre la Renta, Hacienda obtendrá unos ingresos cercanos a 72.000 millones, mientras que el IVA marcará un nuevo récord al llegar a 62.900 millones.

Los impuestos especiales generarán unos ingresos en 2016 de unos 2.000 millones y los vinculados al Impuesto de Sociedades se quedarán en la mitad de lo recaudado antes de la crisis.

Sobre la modificación del Impuesto de Sociedades, Montoro insistió en que las grandes empresas deben contribuir a pagar más y dijo que cualquier nueva modificación tributaria futura se hará con "sensatez y racionalidad".

Afirmó que el reto en esta legislatura es la reducción de la deuda pública, que supera el 100% del PIB, tras cifrar el desendeudamiento del sector privado en torno a 450.000 millones durante los años de la crisis.

Se comprometió también a negociar con los funcionarios y a acomodar sus demandas en los próximos presupuestos.

Los grupos de la oposición criticaron las medidas tributarias aprobadas por el Gobierno por ineficaces y regresivas, al tiempo que lamentaron los recortes en el gasto público y la elevada deuda del conjunto de las administraciones.