Economía

La UE pone a Atenas en el rincón de la clase: a "hacer los deberes"

  • Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea se reúnen este lunes y martes en Bruselas para concretar detalles del "plan de ajuste" que debe poner en marcha Atenas

Grecia, el alumno más desobediente,  díscolo (y mentiroso) de la clase del euro, tendrá que hacer los  deberes. Escapar del fantasma de la suspensión de pagos y quitarse  definitivamente las orejas de burro costará a Atenas ingentes  esfuerzos. 

 En ese sentido, los ministros de Economía y Finanzas de la Unión  Europea (UE) se reúnen este lunes y martes en Bruselas para concretar  detalles del "plan de ajuste" que debe poner en marcha Atenas para  recuperar la credibilidad internacional y garantizar su permanencia  en la zona euro, a la que se adhirió en 2001. 

 En realidad, la expresión "plan de ajuste" no deja de ser un  eufemismo, típico en la jerga de la "langue de bois", o lengua de  madera, en francés, que suelen emplear los diplomáticos en las  instituciones europeas de Bruselas. 

 Traduce, en realidad, un esquema durísimo y doloroso para que  Grecia haga sus "deberes" y recorte su déficit público, del 12,7 por  ciento del PIB en 2009, hasta el 3 por ciento (que marca el Pacto de  Estabilidad) para 2012. 

 Fueron, precisamente, las desbocadas finanzas públicas griegas el  detonante de la crisis helena y de la pérdida de confianza en el país  por parte de los mercados y las agencias internacionales de  calificación, que -virtualmente- colocaron a Atenas las orejas de  burro. 

 La píldora más amarga de tragar para Bruselas fue que Atenas  mintiera a la agencia estadística europea, Eurostat, al colocar su  cifra de déficit en un nivel artifical, cuatro veces más bajo que el  real. 

 Pero la "creatividad contable" exhibida por Grecia le va a costar  muy cara. Además de las fuertes críticas del comisario de  Competencia, Joaquín Almunia, quien no ocultó su enfado por la  "trampa estadística a la griega", la Comisión de los 27 socios de la  UE obligará al país a un severo programa de ajustes, que vigilará  milímetro a milímetro. 

 "No pensamos darle (a Grecia) ningún respiro", aseguraba esta  semana el primer ministro de Luxemburgo y presidente del eurogrupo  (16 socios), Jean-Claude Juncker. El luxemburgués recogía así el  estado de ánimo contrariado de la UE ante el escándalo contable  griego, que ha puesto en entredicho la solidez de toda la zona euro. 

 Por ello, los titulares de Economía y Finanzas de la zona euro  cumplirán este lunes, en un Eurogrupo, y el martes, en un Consejo del  ramo (ECOFIN), con el papel del maestro cascarrabias, que recuerda a  sus alumnos rebeldes que no pueden venir a clase sin traer la tarea  hecha. 

 Grecia sabe que tiene su "boletín de notas" del eurogrupo plagado  de cruces rojas y de observaciones sobre su indisciplina fiscal:  ningún alumno, de los 16 de la clase, tiene un carné tan malo. 

 Para quitarse el sanbenito, Atenas, con el primer ministro  Georgios Papandreou a la cabeza, deberán hacer esfuerzos  extraordinarios: reformas de los sistemas de jubilación, reducción de  sueldos a los funcionarios y drástica bajada de gastos en general. 

 La próxima primavera (boreal) será especialmente caliente en  Grecia. Se prevén movilizaciones sociales de protesta ante la dura  política de ahorro, que algunos analistas han comparado a los  inflexibles programas de ajuste que suele aplicar el Fondo Monetario  Internacional (FMI). 

 "Esto (el plan de ajuste) equivale a establecer una especie de  cordón sanitario, de cuarentena. Ya nadie se fía de Grecia", asegura  a dpa una fuente diplomática que solicita el anonimato. 

 El detalle no es baladí. Aunque de los 27 socios de la UE hay  muchos de ellos con procedimientos abiertos por Bruselas por déficits  excesivos, sólo Grecia será sometida a un marcaje tan férreo. 

 El objetivo: salvar la credibilidad del euro y conjurar los  ataques especulativos de los mercados. 

 Por ello, más que una solidaridad desinteresada, al ayudar a  Grecia la UE se está salvando a sí misma de una eventual hecatombre  financiera: "quid pro quo", algo a cambio de algo. En la UE, nada es  gratis, y la solidaridad también tiene su precio.

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