La sala de actos de la Cámara de Comercio de Sevilla estaba ya a rebosar de pequeños y medianos empresarios bastantes minutos antes de que comenzara ayer una jornada informativa sobre Instrumentos Financieros de Apoyo Empresarial. "En otras circunstancias aquí estaríamos 15, pero con la que está cayendo casi ni se cabe", resumió con ironía Manuel Muñoz, director general de la empresa Guadarte, el único de los ocho participantes que recibió aplausos por su franqueza.

Las restricciones que encuentran las pymes para acceder a financiación que respalde sus necesidades más inmediatas, algunas de ellas claves para poder seguir funcionando, explican esa expectación. La institución cameral invitó a Cajasol, la agencia pública IDEA y el Instituto de Crédito Oficial (ICO) para informar y tratar de averiguar por qué el ingente volumen de recursos públicos destinados a engrasar el sistema crediticio no logra desatascarlo.

Todas las miradas se centraron en las palabras de María José Espinosa, representante de Cajasol, ya que son las entidades financieras las que están recibiendo el aluvión de críticas estos días. Primero garantizó la adhesión incondicional de la caja sevillana a todas las líneas de financiación que el ICO canaliza a través de la banca, que este año suman la cifra récord de 50.000 millones. Pero, a renglón seguido, desgranó la batería de comprobaciones que la entidad solicita para acreditar la capacidad de la empresa para devolver el préstamo. Más aún en una coyuntura en la que no se sabe cuánto más va a empeorar la situación de crisis. El temor de la banca, atenazada ya por el aumento de la morosidad, actúa así como una presa que impide circular la corriente del crédito que está avalando el Estado.

"Parece que la problemática de la liquidez está encarrilada, la clave ha pasado ahora a ser el riesgo y su gestión por la banca", resumió Manuel Ángel Martín, presidente de la comisión de economía de la CEA y moderador de la jornada. Francisco Herrero, presidente de la Cámara de Comercio, lanzó en medio de todo ello un mensaje de "consenso" a las instituciones públicas y privadas del que "todos salgamos beneficiados". Y echó un capote a las entidades financieras al pedir que se disipen "todas las dudas acerca de su labor".