Luis Osuna. Presidente de la Confederación Andaluza de Empresarios de Alimentación

"Los operadores que no ganen tamaño y no salgan fuera lo tendrán complicado"

  • El presidente de los distribuidores con presencia en Andalucía asegura que las cadenas con matriz en el sur deben apostar por crecer ante la creciente concentración del sector.

La Confederación Andaluza de Empresarios de Alimentación y Perfumería (CAEA) cumple en 2015 25 años de andadura. Hace unos días celebró en Sevilla un congreso, Haciendo futuro, en el que abordó algunos de los retos del sector ante la incipiente recuperación económica. La organización engloba, directa e indirectamente, a través de las representaciones provinciales de comercio, a 500 empresas (las últimas en incorporarse han sido las de perfumería) con más de 6.000 puntos de venta y 100.000 trabajadores.

-Parece que por fin el consumo tiende a subir.

-Este 2015 tiene que ser mejor. Lo estamos notando sobre todo a partir de mediados de junio y está ayudando la meteorología también, sobre todo en el consumo de bebidas. Venimos de una caída de precios, a la que ayudó también el veto ruso a las frutas y verduras, que aumentó la oferta nacional. Y ya notamos un repunte del consumo en los primeros cinco meses del año y de aquí a final de año aumentará más aún. Pasaremos de una deflación del 2,9% a tasas positivas del 1%.

-¿Significa eso que acabará la guerra de precios y asistiremos a un cambio de modelo?

-No. Vamos a seguir en la misma línea. Los cambio de los hábitos del consumidor vinieron para quedarse: el cliente busca precio aunque también calidad. La marca del distribuidor se ha desarrollado con una buena calidad y un buen precio. Y la del fabricante ha reducido el margen y el año pasado ya creció más que la del distribuidor. En Andalucía no es así aún, por la alta tasa de desempleo de la región. Otro efecto importante aquí es que los operadores crean formatos intermedios entre el cash and carry y los supermercados, con más descuentos, que ya son el 23% de la superficie comercial y el 21% de las ventas en Andalucía.

-¿Qué efectos tiene ese hecho diferencial andaluz?

-Andalucía es como un laboratorio para los operadores, que ensayan aquí este tipo de fórmulas intermedias. La situación debe ir cambiando por la mejora de la situación económica: en épocas de crecimiento siempre hay un consumidor dispuesto a pagar un poco más por más calidad. No sólo exige precio, sino que también tiene en cuenta otros factores.

-En el congreso de CAEA celebrado hace unos días hicieron mucho hincapié en la adaptación de las empresas de distribución al mundo digital.

-El cambio va a llegar, tarde o temprano, y cuando llegue va a ser muy rápido. Debemos estar preparados, y hay que apostar ya, porque los que no lo hagan se pueden quedar enquistados. En nuestro sector no se está haciendo mucho. La venta on line hoy en día no llega al 5%.

-También está convencido de que la concentración en el sector seguirá aumentando.

-Es una tendencia y todavía hay recorrido. En otros países es mayor. Ahora 10 operadores concentran el 80% del mercado regional y cuatro son andaluces. El mercado es muy exigente y las empresas que quieran sobrevivir tienen que ganar dimensión y salir fuera, a nivel nacional e internacional. Si no, lo ven a tener complicado. Este año ya se adivinan algunas adquisiciones y puede verse afectada alguna compañía andaluza.

-¿Por qué CAEA incluye a empresas que no son de matriz andaluza en su seno?

-Representamos a todos los que generan actividad en Andalucía. La defensa de los intereses de todo el sector no lleva implícito ser de un sitio o de otro. Se trata de que haya una voz única de los operadores que generan actividad aquí ante la Administración.

-¿Qué le pide a las administraciones públicas, por cierto?

-Estabilidad normativa. Los sucesivos cambios normativos que ha habido han generado inseguridad jurídica. En Andalucía la regulación horaria se ha consensuado entre todos en el seno de la Confederación de Empresarios Andaluces (CEA) y con la Junta de Andalucía. Se ha conseguido un equilibrio. Cada zona, Andalucía, Madrid, País Vasco, tiene una realidad comercial diferente.

-¿Y cuál es su opinión sobre las zonas de afluencia turística? Aquí parece que hay nuevo conflicto entre la Junta y la Administración central.

-Deben ser definidas con criterios objetivos y servir al interés que se persigue, que es satisfacer las necesidades de distintas zonas donde en determinados momentos se concentran muchos turistas. Criterios objetivos y consenso con todos los agentes comerciales, para que no estén al servicio del interés de unos pocos.

-También hay reivindicaciones respecto a impuestos y trabas burocráticas.

-Sí. A nivel nacional pedimos al Gobierno central que no aumente el IVA de algunos productos, y una congelación de la subida del impuesto de los gases fluorados, que nos afecta mucho, al menos hasta que se encuentre una alternativa menos contaminante. En Andalucía, ya pedimos en su momento que no se aplique el impuesto a las grandes superficies, ya que al final acaba afectando a todos. Respecto a las trabas, reconozco que se ha agilizado el temas de las licencias, pero pedimos homogeneidad de criterios en los ayuntamientos y coordinación entre las consejerías en el ámbito legislativo.

-Usted siempre ha criticado que durante la crisis el sector entró en una absurda guerra de precios que no conducía a nada. ¿Considera que ha terminado o está terminando?

-Hay que decir primero que la distribución española es una de las más eficientes de la Unión Europea. Hay una alta competitividad para que los precios estén lo más bajos posible. Pero desde CAEA pensamos que no tiene sentido esta guerra, con prácticas que no benefician a nadie y que si permanece en el tiempo hace daño al consumidor. Son los líderes los que tienen la responsabilidad de reconducir el mercado. Ahora mismo, con la incipiente bonanza, esperemos que la tensión se rebaje un poco.

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