Tribuna Económica

Gumersindo Ruiz

¿Dónde está la responsabilidad social?

No es la primera vez que el premio del Financial Times y Mckinsey al mejor libro de negocios va a una obra de fuerte contenido social. Janesville: una historia americana, de Amy Goldstein, es uno de los libros más deprimentes y a la vez más emocionantes que he leído. Cuenta, a través de entrevistas y encuestas, la historia de una ciudad de 63.000 habitantes, en el condado de en Wiscosin, con una tradición industrial secular -entre los empresarios locales se encontraban George S. Parker, inventor de la famosa estilográfica-, que había superado todas las crisis, y sede de una de las más eficientes fábricas de coches de la General Motors (GM). Es la crónica del cierre de la fábrica en 2008, y la forma desesperada en que los trabajadores tratan de reconvertirse y buscar una salida. Los personajes son los propios trabajadores y sus familias, los representantes sindicales, los políticos del estado y locales, y los directivos de las empresas.

Cuenta Amy Goldsgein como, con incredulidad, aturdido y furioso, el congresista republicano, Paul Ryan -hoy portavoz de la mayoría- recibió la noticia del propio presidente de GM, y aprovecha para hacer un retrato magistral de las miserias de los políticos, preocupados por la repercusión del desastre económico en sus carreras. Las soluciones nos resultan familiares; primero, presionar para que la empresa se quede, y Janesville entra en una lucha para fabricar un nuevo modelo, que gana otro condado ofreciendo a GM casi mil millones de dólares en incentivos. Éste es un rasgo del libro, cómo las empresas, buscando la sobrevivencia, aprietan a las administraciones públicas, rebajan a la mitad los salarios, y anulan los sindicatos, que entre el orgullo y el miedo habían mostrado una actitud responsable (como ocurrió aquí con la industria del automóvil desde el principio de la crisis).

Pero el trasfondo de este libro apasionante es el fracaso de la gobernanza, responsabilidad social, y cumplimiento, en nuestras sociedades para prever una catástrofe así, y dar soluciones colectivas para crear empleos similares a los que se pierden. Hubo una coincidencia general en dedicar sumas cuantiosas a la formación y reciclaje, que resultaron completamente inútiles, igual que las políticas de ayudas; sin embargo, casi nadie defendió el papel del sector público como proveedor directo, y de último recurso, de empleo. Janesville ha sido un ejemplo de iniciativas públicas y privadas para buscar alternativas como centro logístico, fábricas de productos alimenticios, y tecnología sanitaria, y hoy el paro está en el 4%; pero mucha gente ha emigrado, contestan a la encuesta diciendo que sus salarios y condiciones de vida son frustrantes, y un 75% dice que tiene problemas para dormir, junto a otros de salud y actitud social.

Éste es el terreno en que Donald Trump gana sus votos, entre gente desesperada por encontrar a alguien que, al menos, finja comprender el daño que sufre y su resentimiento. En su análisis, profundo y detallado, Amy Goldstein ve una sociedad dividida entre los que se han quedado atrás y los que no, hostilidad entre las personas, y un conflicto latente que nada ni nadie va a resolver.

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