Real betis

La resaca más dulce

  • Setién sale reforzado de un derbi que el Betis ganó con la fidelidad a su estilo

  • El movimiento de piezas y los cambios impusieron la superioridad en la medular

El día después del derbi de Reyes fue de lo más dulce en Heliópolis. Tras una noche larga, como ya anticipó el capitán Joaquín desde las entrañas de Nervión, la resaca verdiblanca dejó reforzado a Quique Setién y esa idea de juego a la que su equipo se mantuvo fiel para sellar una goleada histórica ante el Sevilla. Ni las concesiones a balón parado, excesivas para la élite, lastraron a un Betis que acabó ganando la batalla de la medular para desequilibrar un derbi que encontró en el 2-3, obra de Durmisi, el summum para los heliopolitanos.

Más de 50 segundos de toque tras toque, avanzando y retrocediendo, de un lado a otro del campo, hasta que Feddal desplazó en largo hacia la banda derecha, donde se encontraba Guardado, que ya se introdujo en el área con una pared con Boudebouz, al que de nuevo cedió Sergio León la pelota antes de colocar la asistencia perfecta para la irrupción de un Durmisi en solitario que sólo tuvo que empujar el balón a la red.

Esa acción resume el ideario de Setién -similar a otras de la mejor época del Betis de Setién con las victorias ante el Madrid y el Levante- y que dejó muy tocado al Sevilla, que casi recibió la puntilla con el 2-4 apenas un minuto después. Sólo la fragilidad defensiva verdiblanca, acentuada en las acciones a balón parado, le dio vida al conjunto de Nervión, que se acercó con el gol de Lenglet e incluso pudo igualar en otro remate de N'Zonzi antes de que Tello sentenciara casi sobre la bocina.

El movimiento de piezas de Setién sobre el tablero del Sánchez-Pizjuán desequilibró la balanza para los verdiblancos. Ni la lesión de Barragán, un contratiempo que afectó al rendimiento del equipo en los primeros 45 minutos, frenó al cántabro, que optó primero por Francis, un canterano casi sin minutos desde su operación de rodilla, y luego lo ayudó al ubicar a Guardado en aquella zona que primero debía ocupar un Boudebouz que jugó más suelto por el medio.

Si esa decisión de Setién ayudó a equilibrar defensivamente al equipo e incluso mejoró sus prestaciones con la pelota -tanto Guardado como Boudebouz se sintieron más cómodos en sus nuevas posiciones-, la siguiente maniobra del técnico se reveló decisiva. La entrada de Tello por Joaquín le otorgó a los verdiblancos esa velocidad necesaria para aprovechar los espacios que generaba el lento repliegue de un Sevilla muy cansado en sus piezas claves. El extremo catalán participó en la acción del 2-3, asistió a Sergio León con un buen pase interior en el 2-4 y se lanzó al galope para luego superar a Sergio Rico en el 3-5, con lo que firmó una actuación decisiva en esa media hora final del encuentro.

La columna vertebral del mejor Betis de la temporada, esa que forman Feddal, Javi García y Guardado, y a la que se ha sumado un enorme Fabián, funcionó también a la perfección en un día señalado en el calendario. Desde hacía más de tres meses, desde aquel frenético 4-4 en Anoeta, Setién no podía contar con todos estos elementos al mismo tiempo, y el sábado de nuevo se refrendó que este Betis eleva el nivel cuando dispone de esos jugadores para los que ahora no tiene sustitutos en el armario.

"Todas las cosas que tienen algo de dificultad te parecen imposibles. Pero esto sólo es una percepción", expresó ayer Setién en las redes sociales, en su primer mensaje tras el triunfo en el derbi. "No hay derbi igual, ni clásico que se le parezca. Incluso a los Capuletos y los Montescos les gustaría tener una relación tan especial. De padres a hijos, de abuelos a nietos. No se olviden de trasmitir el amor por sus colores nunca. Hoy Sevilla se viste de verde #MushoBetis", indicó Jon Pascua, el preparador de porteros, tras la victoria. La celebración bética, tanto en el Sánchez-Pizjuán con los 570 aficionados al son de Joaquín, como posteriormente en el Benito Villamarín, donde más de 2.000 hinchas obligaron a los jugadores a saludar, fue el colofón a una noche histórica que dejó la resaca más dulce.

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