Entrevistas

"Animo a la familia de Marta a que haga un buen recurso"

-La suspensión que le impuso el TSJA es llamativa.

-Desde la absoluta convicción de mi inocencia, es la primera vez que se condena a un juez por prevaricación culposa, sin que hubiera acusación por ello. Me acusaban de prevaricación dolosa, lo que fue descartado por el tribunal, pues no había ninguna prueba.

-¿Qué sintió en el homenaje que le dedicaron?

-Fue una gran satisfacción. En los momentos en que uno se siente más necesitado de los amigos, me encontré con el apoyo de toda la sociedad civil.

-¿Haría lo mismo en el caso del niño nazareno?

-Sí. Un juez debe dar tutela efectiva cuando se trata de menores. No era la primera vez que tomaba decisiones de ese tipo, ni debería ser la última. Hay que evitar perjuicios a los niños y favorecer su interés por encima del de los adultos.

-¿Espera que Rajoy cambie las políticas de género?

-Tengo la esperanza de que así sea.

-¿Qué se debe cambiar?

-Habría que reformar el modelo de custodia, estableciendo un modelo preferente de custodia compartida. Habría que reformar la ley de violencia para que se llame de violencia en el ámbito doméstico, protegiendo a todas las personas que puedan sufrir vulnerabilidad en la relación intrafamiliar. Habría que redefinir el concepto de maltrato. Es grotesco que la mujer, sólo por serlo, se considere inferior al varón en la relación de pareja.

-¿Se la considera inferior?

-Ese es el fundamento de la ideología de género. Como tal ideología no reconoce sus errores. Cuando el ideólogo se percata de que sus ideas no coinciden con la realidad, no cambia sus ideas, sino que falsea la realidad.

-¿Por qué atrae usted tantas iras de feministas?

-¡Je! Son las iras de lo que yo llamo radicalismo de género… Habría que distinguirlo del apoyo que me dan auténticas feministas, empeñadas en la igualdad real de hombres y mujeres. A las radicales no les interesan los verdaderos derechos de las mujeres.

-¿Qué les interesa?

-Sólo pretenden eliminar instituciones contrarias a sus fundamentos ideológicos, por eso van contra la familia. Sin embargo, para ellas, una violación a una mujer por un desconocido no se considera violencia de género o machista. No obstante, lo que más les preocupa es perder sus prerrogativas económicas y políticas, que les han reportado pingües beneficios.

-¿No es una exageración?

-Basta con ver los BOE, lo que reciben de comunidades autónomas o los fondos europeos. Estamos hablando de miles de millones de euros. Sólo la Junta de Andalucía tiene 751 millones en políticas de igualdad y violencia de género para 2012. Además las subvenciones se dan en función del número de denuncias presentadas, no de las condenas.

-¿Le gusta ser juez estrella?

-Los jueces debemos limitarnos a hacer resoluciones ajustadas a la legalidad y en conciencia. Mas para ser juez es preciso sentirse independiente. Por tanto, es lícito y exigible que si nos sentimos atacados en nuestra independencia, lo denunciemos. El miedo es el peor enemigo de la independencia judicial.

-Pues a la juez Alaya la criticó Griñán, el presidente de la Junta de Andalucía…

-Es lamentable. Es un ejemplo más de esa presión que se intenta hacer a los jueces en contra de su independencia. Cualquier juez que se atreve a meterse con el poder establecido tiene muchas cartas para recibir críticas, que a veces terminan en algo peor.

-¿Qué le parece el juicio de Garzón?

-Desde el respeto a la actuación del Tribunal Supremo, lo que me parece más sorprendente es el carrusel de recusaciones a los magistrados. Pone en evidencia que la política actual de nombramientos desprestigia al Poder Judicial.

-¿Los jueces están en el punto de mira?

-Ya lo decía Adolfo de Miguel, en los años 80, en su libro Jaque a la Justicia. Estamos en el punto de mira, pero no los que juzgamos desde primera línea en las trincheras, sino cuando conocen de asuntos con trascendencia mediática, como ha pasado con Alaya. La sociedad duda de la imparcialidad e independencia. Por eso, es importante que los nombramientos se hagan sólo por méritos profesionales. Que el juez se deba a su cargo, no que deba el cargo.

-¿Qué opina de las críticas a la sentencia en el caso de Marta del Castillo?

-Las críticas más efectivas contra una sentencia se hacen a través de los recursos. Lo demás son voces que se pierden en el desierto. Animo a la familia para que, con sus abogados, hagan un buen recurso. Así podrán llevar a los magistrados del Supremo a un convencimiento distinto del que ellos ven erróneo en los magistrados de la Audiencia de Sevilla.

-¿Usted lo ve erróneo?

--No quiero hacer comentarios. Sólo le digo que este asunto hubiera estado más mediatizado con un jurado.

-Hay dos sentencias con conclusiones diferentes…

-Ese es el peligro de que, por imperativo legal, dos tribunales dicten sentencias sobre el mismo caso. Los jueces podemos tener criterios y enfoques distintos sobre un asunto, y tan lícita es una motivación como otra. Se debería cambiar la ley para evitar que haya dos enjuiciamientos distintos en casos como éste.

-¿Está a favor de la cadena perpetua en España?

-Con 30 años de pena máxima, si no se aplican beneficios penitenciarios, se cumple el objetivo de redención. Una persona que ingresa en la cárcel con 20 años, cuando tenga 50 será distinta.

-¿A qué se dedica ahora?

-Estoy escribiendo dos libros. En uno contaré lo que está suponiendo la dictadura de género en España y las consecuencias que ha tenido para mí. El otro es distinto, son tres novelas cortas de ficción histórica.

-¿Y qué hará en el futuro?

-Esperar a que el Tribunal Supremo se pronuncie para obtener mi rehabilitación como juez, y con ella la rehabilitación de mi dignidad profesional y personal.

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