Caco Senante. Cantante y compositor

"Sobrevivía con los transistores y relojes que traía de Canarias"

-¿Cómo conoce a Bambino?

-Yo era muy amigo de Antonio Gades. Uno de sus guitarristas, Antonio el Solera, me llevó a ver a Bambino el año 79 en una sala de Madrid. Era el rey de la rumba de la televisión en blanco y negro. Lo vi y teníamos amigos comunes.

-¿Qué amistades?

-El más singular, Tony Greco, un canario del music-hall de los años sesenta. Fue el que le prestó a Bambino el traje para su primera actuación en Madrid.

-¿Participó en algún homenaje en vida?

-Alguno fue muy surrealista. Con Manolo de Vega cantando una saeta de rodillas; con el Dioni, que había robado un furgón; con Agatha Lys. Yo canté Corazón loco y después fui al palco y le dije a Bambino que iba a hablar con Serrat y Sabina para hacerle un homenaje como Dios manda. Y Bambino me dijo que nos fuéramos a hacerle un homenaje al J.B. y me dejara de tonterías.

-¿Juan Carlos I y Felipe VI están en su tierra en la lista de los reyes godos?

-En las islas se tiende a valorar lo que viene de fuera. El sentimiento nacionalista ha quedado por ahí algo diluido.

-¿Se hizo peninsular?

-La insularidad es un sentimiento muy importante, con el hándicap de creerse un continente.

-¿Cuándo llega a España?

-En 1975. Cumplo 40 años de profesión. Para un canario, destacar en esta profesión era un sueño inalcanzable. Las distancias eran mayores, los medios de transporte más lentos. Venía media isla a despedirte al aeropuerto, porque viajar a la Península era todo un acontecimiento.

-¿Cómo surge el son?

-Yo había estudiado Arquitectura y me fui a Estados Unidos de profesor asistente de Español en una Universidad de Pensilvania. Volví en unas vacaciones y empecé a cantar por pubs canciones populares del folclore latinoamericano, sobre todo argentinas. Me llamaron para un festival en el teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife con Los Sabandeños, Taburiente Folk, Magma 12, que hacía una música tipo Nuestro Pequeño Mundo, y dos solistas, Manuel Luis Medina El Minuto y yo. Fui el triunfador de la noche. Tenía contrato con Pensilvania y billete de avión, pero lo devolví y me la jugué.

-¿Le salió bien?

-Empecé el 1 de noviembre de 1975 en un pub de Madrid. El día 20 cerró tres días por la muerte de Franco y yo me fui a la aventura. Hasta el año 85 fue muy duro. Sobrevivía con los transistores y relojes que vendía cuando volvía de Canarias. No era como ahora, que la gente es conocida antes incluso de grabar un disco. Existía el código de los tres discos para ser conocido y mi tercer disco fue Una gaviota en Madrid.

-Tema que lo catapultó...

-Lo empecé a escribir paseando por La Habana. Las vivencias del canario que no ve el mar y respira un aire viciado.

-La gaviota se vio envuelta en unas connotaciones políticas...

-Antes de ser el anagrama del PP, en un acto con correligionarios de su partido, el socialista Jerónimo Saavedra dijo: nosotros, gaviotas en Madrid.

-Hay una gaviota venezolana que vota a Podemos...

-Los focos más importantes de la emigración canaria fueron Cuba y Venezuela. Las corrientes del Golfo de México mandaban allí los lanchones sin motor en los que salían por necesidad. Un emigrante trabajador, emprendedor. Llegó a tener dinero y poder social. Hubo una época en la que los candidatos a la Presidencia de Venezuela hacían campaña en Canarias. Participé en 1975 en un acto con Rafael Caldera.

-¿Hugo Chávez también hizo campaña?

-Que yo sepa no. Desde hace diez años, están volviendo a Canarias y son los canarios residentes en las islas los que les ayudan.

-Saavedra, López Aguilar, Soria. ¿Viste mucho un ministro canario?

-Es lógico siendo una zona del Estado muy alejada. Han hecho un estudio de la gente que llama por teléfono a los programas de televisión y los canarios son los que más participación tienen. Por eso metieron al árbitro Brito Arceo en Gran Hermano. Había alcaldes que habilitaban recintos deportivos en las Canarias para que la gente llamara a estos programas.

-¿El final de las prospecciones en Canarias es una derrota de la Corte como las dos Ligas que el Madrid perdió en Tenerife?

-La política es tan sibilina y tan ruin que sólo se queda en los titulares. A mí me cuesta creer que Repsol no tuviera un estudio de lo que había y sin embargo, pese a la apariencia de triunfo, el coste que ha tenido que pagar el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivera, ha podido costarle su carrera política.

-¿Y las Ligas del Madrid?

-Soy amigo de Valdano. Yo quiero que el Madrid pierda hasta a las chapas.

-¿Los cantaurores son precursores de la España de las autonomías?

-La línea la marcó la nova cançó. Llegó la nova trova cubana, la chilena, la argentina. A mí me presentaron una vez en La Habana como nuevo exponente de la canción canaria. Es el único sitio donde canté Si no te hice una canción, que dediqué a una novia que decía que nunca le hacía una canción. La canción era ella. ¡Ay que ver las cosas que dice uno para ligar!

-El Nobel de Saramago cayó en Canarias...

-Lo conocí antes de que fuera famoso. Lo trajo un día mi amiga Pilar del Río a mi restaurante, La Bodeguita del Caco. Terminamos jugando al billar en casa de una amiga.

-Además del Tributo a Bambino, ¿qué hace?

-Tengo otro espectáculo, Lo mejor de los mejores. Es un recorrido con el apoyo del Instituto Cervantes por la música latina y sus intérpretes: vida, obra, anécdotas. Empiezo con Gardel, el primero que se convierte en mito, y sigo con Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra, Chabuca Granda, José Alfredo Jiménez, Armando Manzanero, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, Rubén Blades. Y de España, Serrat y Sabina y he añadido a Manuel Alejandro. Si Pablo Milanés ha escrito las mejores canciones de amor de los últimos cincuenta años, Manuel Alejandro ha hecho las mejores canciones de desamor. España no sería lo que es sin Manuel Alejandro.

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