Entrevistas

"Yo hago la música que quiero, me siento libre"

-El pasado mes de noviembre salió Un ramo de rosas, su último disco.

-Sí. Es un recopilatorio que incluye tres temas inéditos, como son el que le da título, una versión de Gracias a la vida y una remezcla de 18 años, de Nouvelle Vague.

-¿Por qué un recopilatorio?

-Para mí ha sido una forma de ponerme al día. Era un proyecto complicado e ilusionante, porque me daba la sensación de estar comenzando otra vez, con canciones que han significado mucho para mí, junto a temas nuevos y otras versiones. Estoy contenta, porque ha tenido muy buena acogida.

-¿Es una antología?

-Se puede ver así, sobre todo donde ya me conocen. Pero en otros países donde se publica el disco, desde el Golfo Pérsico a los del Este europeo, será una tarjeta de presentación, porque ahí no son canciones conocidas.

-Ahora se irá de gira a América…

-Empezamos el día 8 en Chile y después vamos a Argentina y México. A Chile no iba desde hace siete años. Es un país donde me he sentido queridísima, y la gente me ha demostrado un gran cariño, tanto cuando estuve en los barrios más populares de Santiago como otros públicos de diferente nivel social.

-China también está en su agenda de 2012.

-Iremos en mayo. Es la primera vez que voy a China. Será una aventura, tanto en lo profesional como en lo personal. Cantaré en Pekín, Shanghai y Guangzhou (Cantón). Intento aprovechar todas las oportunidades para ganar nuevos públicos.

-Es una de nuestras cantantes de más éxito internacional.

-Me da un poco de pudor decir eso de mí. Me produce un cierto rechazo la grandilocuencia. Yo sigo mi camino y mi proyección, pero no estoy compitiendo contra nadie. Pasa igual con los discos vendidos.

-¿Cuántos ha vendido?

-No lo sé exactamente. Ya deben ser más de ocho millones, o diez millones.

-Luz Casal ha tenido discos de mucho impacto.

-Sí, lo que digo es que no estoy en una carrera para ser la que vende más discos.

-¿Le sorprendió la fama que consiguió en Francia?

-Francia es una maravilla para mí. Ha sido el segundo país más importante en mi carrera, aunque ya vendo más discos en Francia que en España. Aún hoy me sorprende. He cantado con llenos en las salas más míticas, en muchas ciudades, en los mejores programas de televisión… Hace poco se hizo un programa dedicado a Gilbert Bécaud y yo fui la única cantante masculina o femenina que intervino.

-¿Se puede decir que hoy está más reconocida en Francia que en España?

-Con Francia tengo una relación de amor. Pero puedes querer a muchos. Jamás he tenido esa sensación en mis pensamientos.

-A estas alturas, ¿cómo se clasificaría?

-Es difícil clasificarme, sería reduccionista, demasiado simplista. Tengo gustos variados, sensaciones, ideas distintas… No me gustan las etiquetas de rockera, baladista, o de decir que tengo raíces en la copla.

-Se lo pregunto porque algunos comentan que ya no hace rock…

-Soy una cantante con un número considerable de discos de rock, que ha ido a conciertos, que ha estado en festivales cuando otros no iban, o que ha trabajado con músicos excepcionales. No me interesan las ortodoxias.

-En resumen, que no le gusta que la etiqueten.

-Yo hago la música que quiero, la que me sale del moño, por así decirlo, y sólo quiero que me dejen en paz. Las clasificaciones sólo las entiendo si me respetan. Soy una persona que lleva las tres cuartas partes de su vida dedicada a la música, y me siento libre.

-¿La podemos considerar ya una clásica?

-No sé. En realidad, debería decir que sí por los años que llevo, cuando puedo hacer un recopilatorio como Un ramo de rosas, que abarca canciones desde 1979. En el día a día no tengo ese peso, sería consecuencia de mi dedicación.

-¿Cuál es su mejor canción?

-La más popular sería Piensa en mí. Hay otras que son importantes para mí, quizá no tan conocidas, como Inesperadamente, o como Mi memoria es agua. También siento debilidad por el texto de Entre mis recuerdos, que está unida a una situación de pérdida personal.

-Superó dos operaciones de cáncer de mama. ¿Cambió su visión de la vida?

-No. Me sirvió para apuntalar ciertas cosas, para ajustar otras. Me sirvió para ver mi fragilidad, al convertirme en una persona dependiente durante un tiempo. Una vez asimilado, necesité paciencia, y está superado. Si acaso tengo menos paciencia que antes. También ves que el tiempo es finito.

-¿Qué le diría a las mujeres que están sufriendo un cáncer de mama?

-No hace falta decirles mucho, si se fijan en cómo lo llevé. La primera vez me pilló trabajando en Vida tóxica, y todavía calvorota por el tratamiento, empecé a preparar la gira. En el segundo episodio de cáncer hice lo mismo y empecé a trabajar en el disco La pasión.

-Usted fue un ejemplo de superación.

-Hablo de lo que pasé sin dramatismo ni congoja, sin elementos dañinos. Hay que tener ánimo y fortaleza.

-¿La crisis económica le está afectando?

-Me afecta porque vivo la realidad. Escuchas a la gente que lo pasa mal. En lo personal, no puedo quejarme; no me afecta de una manera grave. Es cierto que cuando me muevo fuera de España eso me da distancia.

-¿Los cantantes deberían comprometerse más?

-¿Cómo se hace? Los músicos, en general, somos individualistas. En otros tiempos hubo una corriente política de rechazo, precisamente con origen en Francia, con cantantes como Pablo Ibáñez y Pablo Guerrero. No veo esa manera de cantar en la realidad de hoy.

-¿Cada uno va a lo suyo?

-La gente más joven canta en inglés, está en otras cosas. No se le puede exigir a un grupo de músicos o de arquitectos que cambie la realidad, no le sale.

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