Cuando la preocupación comenzaba ya a hacerse palpable entre los agricultores por la falta de precipitaciones en el invierno, ayer el agua se hizo presente en Córdoba de manera espectacular. A eso de las cuatro de la tarde una tremenda tromba de granizo pintó de blanco las calles de la ciudad y dio lugar a una imagen plenamente invernal. Claro que nunca llueve a gusto de todos y unas sobreprecipitaciones de ese calibre más que ayudar al campo estropean las cosechas.
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