elisabetta piqué. Corresponsal de 'La Nación' en el Vaticano

"Los que llaman populista al Papa no entienden absolutamente nada"

"Los que llaman populista al Papa no entienden absolutamente nada"

"Los que llaman populista al Papa no entienden absolutamente nada" / juan carlos vázquez

-¿Desde cuándo conoce al Papa?

-Desde febrero de 2001. En una entrevista en el hotel de Via de la Scrofa, que es donde fue a pagar la habitación cuando fue elegido.

-¿Y qué le pareció?

-Encontré a un hombre muy tímido, un cura muy normal. Todas las respuestas fueron muy directas, con un estilo simple. Todo lo que me dijo eran titulares.

-¿Qué bien, no?

-A los tres días llaman por teléfono a mi casa. ¿Elisabetta? Sí. Soy el padre Bergoglio. Quería sólo decirte gracias. Fue impresionante.

-¿Sigue siendo el mismo?

-Él dice que a su edad no se puede cambiar. Es verdad que ahora es un hombre escuchado y respetado más allá de los creyentes.

-¿Es un revolucionario o un populista?

-Populista absolutamente no. Los que lo llaman populista no entienden absolutamente nada. Está con el pueblo. El populista es el que habla en provecho de él mismo y engaña. Él no está engañando.

-¿No hay marketing?

-El Papa no tiene estrategia mediática, es auténtico y la gente de la calle se da cuenta. Las cosas pueden irle mal o bien, pero se la juega. Es un Papa que sabe que está ante la Tercera Guerra Mundial en pedazos. No es como los políticos de hoy. Ahí sí hay marketing.

-"Quien quita el trabajo, comete un pecado gravísimo". Parece la frase de un sindicalista.

-Le dicen el Papa comunista, porque piensa que el trabajo da dignidad. Habla mucho de la desocupación juvenil en países como España, Italia o Francia. Los jóvenes que no tienen nada que hacer son presa fácil de grupos ultras y fundamentalistas. Es un tema constante, así como el de los inmigrantes.

-Pero hay críticas de que todo queda en palabrería.

-Él no se queda en la palabra porque actúa. Lo que no se puede es cambiar la Iglesia de un día para otro, en cuatro años...

-Se esperaba algo más.

-Si alguien esperaba que el Papa dijera que el aborto es bueno o que bendijera los matrimonios gais es que no entiende nada de la Iglesia. Estamos ante un Papa abierto a un proceso de cambio muy fuerte, con un mensaje muy exigente. Y hay muchos que viven cómodos en sus posturas y prefieren un mensaje de la Iglesia en blanco o negro. Pero el Papa pide que cada cura u obispo se haga cargo de cada historia, porque cada caso es único e irrepetible.

-Insisto en que...

-Esperar un cambio más radical es no comprender ni la Iglesia ni el catolicismo. Esperar que a Francisco le parezcan perfectas las bodas gais es imposible; habría una revuelta.

-¿El discurso del Papa ha desorientado a muchos dentro de la Iglesia?

-Son una minoría, pero muy ruidosa. La gran mayoría está con el Papa. Se dicen desorientados porque quieren un mensaje en blanco y negro y si no, lo acusan de ambiguo. El mensaje del Papa es radical o revolucionario, pueden llamarlo como quieran, en su opción por los pobres y por los últimos.

-¿Cómo están las ventanas del Vaticano en el caso de los abusos?

-Si hay un Papa que ha reiterado su mensaje de tolerancia cero es él, pero es difícil cambiar de un día para otro una mentalidad que hubo en la Iglesia en el pasado de tapar y silenciar este tipo de casos.

-¿Este proceso tendrá marcha atrás?

-Hay grupos que esperan a que pase Francisco para volver atrás, aunque creo que el proceso es irreversible. La gente está con él. Tres cuartos de los obispos, también.

-¿El papel de la mujer sigue siendo secundario?

-No. Desde el primer momento dijo que la Iglesia debía profundizar en la teología de la mujer y ha puesto mujeres en cargos que antes no se veían. Está abierto a estudiar el tema del diaconado femenino y hay una comisión que lo está analizando. Juan Pablo II fue muy claro. Dijo que no y eso va a seguir siendo así.

-¿Veremos curas casados?

-El tema de celibato no es prioritario.

-¿Hará como Benedicto XVI y se retirará?

-La gran revolución fue la de Benedicto XVI con su renuncia. Lo que ha empezado Benedicto puede ser una nueva tendencia en la Iglesia. Él no va a tener ningún problema en renunciar si no tiene fuerzas. Pero creo que va a morir de Papa.

-¿Es todo lo opuesto a lo que representa Trump?

-Sí, sin duda. El año pasado hizo una misa en Ciudad Juárez, cuando Trump era entonces sólo candidato. Y sin mencionarlo dijo: "Quien pone muros no es cristiano". Tenemos dos estilos totalmente distintos y es fácil hacer ese juego del Papa bueno y Trump malo.

-¿Hasta dónde llega la pasión del Papa por San Lorenzo de Almagro?

-Mucha gente se imagina al Papa viendo partidos de fútbol, pero recuerden que, como él ya ha dicho en varias entrevistas, no ve la tele desde los 90, porque hizo una promesa. Le preguntaron que qué pensaba de Messi y dijo: "Nunca lo vi". No ve fútbol. Reza mucho. Su gran pasión es el Evangelio.

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