María Emilia Casas, ex presidenta del Tribunal Constitucional

"Se nota que la Constitución está escrita por hombres"

"Se nota que la Constitución está escrita por hombres"

"Se nota que la Constitución está escrita por hombres" / antonio pizarro

-Derecho del Trabajo, su especialidad, fue la cantera de la clase política que hizo la Transición...

-Tuve esa suerte.

La sociedad está madura para reformar la Constitución, pero falta un consenso que no tenemos"

-¿Coincidió con Felipe González, el más notable de esos profesores?

-Lo conozco, pero cuando llegué al Tribunal Constitucional él ya no tenía responsabilidades políticas.

-¿Lo del día de la Mujer Trabajadora no es un pleonasmo con todo lo que trabajan las mujeres?

-Es la defensa de un ser humano con un reconocimiento internacional. Una reivindicación que tendrá sentido mientras la mujer, pese a todos los avances, siga teniendo una posición subordinada y un reparto inequitativo en las cargas.

-¿Cuándo dejará de ser noticia que una mujer presida el Constitucional?

-Yo estoy muy orgullosa de haber sido la primera catedrática de Derecho del Trabajo y la primera mujer que presidió el Tribunal Constitucional, pero no deben pesar razones de sexo ni de edad, periferia o centralidad. Nada de eso debe ser determinante en un órgano con capacidad para anular decisiones del legislador democrático.

-También estudió Filosofía y Letras. Carmen Conde fue la primera mujer que entró en la Academia de la Lengua. ¿La Constitución es machista?

-Tiene el sesgo de que está escrita por hombres. Ninguna mujer estuvo en la ponencia constitucional. Es una Constitución sabia, la más sabia de cuantas ha tenido el pueblo español, y por eso mismo una forma de cumplirla es el compromiso de reformarla.

-¿Con qué criterios?

-La sociedad es cambiante. Se superó el fenómeno terrorista que abrió un periodo de paz. Vivimos una crisis financiero-económica, la primera crisis global. La igualdad de hombre y mujer debe ser un elemento axiológico, trasladable a la sucesión a la Jefatura del Estado.

-¿Qué papel jugó en el Estatuto de Cataluña?

-Participé en el juicio de constitucionalidad de ese texto ante los recursos presentados por el PP y por el Defensor del Pueblo. La cuestión territorial no está bien resuelta.

-Cambió el tribunal por las aulas. ¿Qué enseña?

-Mi última clase trató de la figura jurídica del empresario, muy parecida a la del trabajador y que deberían ser objeto de una nueva definición acorde con la entrada masiva de la mujer en el mercado de trabajo. La definición de jornada es una prueba de que el Derecho del Trabajo tiene una dimensión masculina.

-Ley de bodas de personas del mismo sexo, lucha contra el tabaquismo, final de la lucha armada. ¿Su presencia en el Constitucional es un hito más del Gobierno Zapatero?

-Yo participé en los trabajos que ratificaron la constitucionalidad de la mal llamada cuestión paritaria que obliga a que en todos los parlamentos se cumpla una representación del sesenta y el cuarenta por ciento. La Ley de Protección Integral contra la Violencia de Género es insuficiente a juzgar por los datos, por las noticias de cada día, pero hay que seguir ese camino que incluye un tratamiento penológico distinto por razón de sexos.

-¿No es un agravio a la inversa?

-Para mí fue una enorme satisfacción declarar la constitucionalidad del trato distinto ante una violencia que es ejercida mayoritariamente por los hombres y excepcionalmente por algunas mujeres.

-¿Tiene nostalgia del paso por el Constitucional?

-Fue una experiencia inolvidable, pero no tengo ninguna nostalgia. Estoy de acuerdo con la limitación temporal de los mandatos. Una sociedad cambiante no casa con miembros de un tribunal que envejecen y envejecen juntos, algunos hasta su fallecimiento.

-¿Paradojas de la Carta Magna?

-La palabra informática sólo sale una vez, artículo 18.4. El Medio Ambiente se trata con los principios sociales y económicos. Se estaba saliendo de una dictadura y se ponía prioridad en los derechos sociales y políticos. Un país miembro de la Unión Europea que no hablaba de Europa hasta la reforma de 2011, con ese galimatías de cuestiones económicas por el control del déficit.

-¿Se atrevería a dar plazos para su reforma?

-Yo creo que la sociedad española está madura para emprender esa reforma, pero se necesita un consenso político que no tenemos.

-¿Le resultó difícil integrarse en un tribunal formado por hombres?

-No me resultó difícil, aunque tampoco fue fácil. Soy gallega y le doy una respuesta gallega de Monforte de Lemos. Los tres primeros años de mi mandato estuve sola, hasta que llegó Elisa Pérez Vera.

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