Ana Erra de Guevara Lynch Pintora, psicóloga y madrastra del Che

"El asma fue toda su vida la gran lucha del Che Guevara"

  • Ana Erra (Buenos Aires, 1939) se casa con Ernesto Guevara Lynch en 1967, año que muere el Che en la selva boliviana. El padre del Che murió en 1987. Ana y Ernesto tuvieron tres hijos: María Victoria, historiadora, vive en La Habana; Ramón, físico, está en San Sebastián. Ramiro trabaja de geólogo en Argentina, Cuba, España. Las patrias nacida, luchada y soñada.

–Con la adarga al brazo... El título de la exposición del Che utiliza una palabra del comienzo del Quijote...

–El Che era un enamorado del Quijote. En la carta de despedida a sus padres, les dice que tiene que seguir enfrentándose a los molinos de viento.

–Junto a la adarga, un libro de versos en la mochila...

–De niño, en las cartas que con siete y ocho años manda desde su casa de Alta Gracia a su tía Beatriz, siempre le pide libros. Ernestito era un niño asmático. Fue la gran lucha del Che. Un asmático violento que pasaba mucho acostado sin ir a la escuela. En ese clima de montaña descubre a Verne, London, Dickens, Salgari. De adolescente empieza con la enorme biblioteca de su padre.

–¿En su país lo ven como cubano o como argentino?

–En Argentina fue admirados unas veces, otras olvidado, ignorado y, lo peor, vilipendiado. Tuvimos que irnos al exilio porque fuimos amenazados de muerte por la Triple A en época de López Rega. A Juan Martín, hermano del Che, lo metieron ocho años preso. Él decía que por portación de apellido, no de armas.

–¿Cuándo muere la madre del Che?

–Celia de la Serna fallece el 18 de mayo de 1965. El Che estaba en el Congo. Fue allí a pelear. Hay tres grandes gestas en la vida del Che: Sierra Maestra con Fidel contra el tirano Fulgencio Batista, el Congo y Bolivia.

–¿Qué relación tuvo el Che con España?

–Coincide con las fotos de esta exposición, años del 36 al 42. Su padre presidía el Comité de Ayuda a los Republicanos. Daban conferencias, conciertos. Por allí aparecían Rafael Alberti y María Teresa León. O el cuarteto de laúdes de Paco Aguilar, para quienes hacía música Manuel de Falla, que era vecino de los Guevara en Alta Gracia. Falla vivía en el chalé La Espinilla, allí murió en 1946.

–Ahora da nombre al teatro de Cádiz donde están los Carnavales...

–He estado en Cádiz. ¿Sabe cuándo vine a España por primera vez con Ernesto? En 1970, hace ahora cuarenta años.

–¿A qué vinieron?

–Íbamos para Cuba. Entonces no se podía llegar a Cuba por ningún país latinoamericano. La OEA había roto relaciones diplomáticas con Cuba. El único país que las mantuvo fue México. Y España nunca rompió las relaciones con Cuba.

–¿Ni con Franco?

–Franco tenía buenas relaciones con Fidel Castro. Fuimos a Cuba por España y aprovechábamos para visitar el país, para conocer la tierra de los Guevara, que fueron del País Vasco a Perú, Chile y después entraron por Mendoza. Mi hija María Victoria vivió cinco años en Sevilla. Es historiadora, hizo la tesis sobre los jesuitas en la Baja California. Se la dirigió el profesor Ramón Serrera Contreras.

–¿Era el Che hijo o ‘sobrino’ de la madre patria?

–Amaba España. En Alta Gracia vivía exiliado el general Jurado, héroe de la batalla de Guadarrama. Contaba historias de la guerra y Ernestito era todo orejas y ojos. Fue la primera guerra de la que tuvo referencias, antes de las que leyó en Verne o Salgari. Su tío Cayetano Córdoba Iturburu fue corresponsal en la guerra española. Les mandaba crónicas y ejemplares de la revista El Mono Azul.

–Hay una foto del Che jugando al golf...

–Está con los hijos de los peones. Su padre, mi marido, era arquitecto, le encargaron que hiciera un campo de golf junto al hotel.

–Maradona tiene un tatuaje del Che en el brazo...

–Su foto es la más difundida del siglo XX, por encima de Marilyn Monroe, Gandhi o Einstein.

–¿El lector del Quijote se sintió Sancho Panza en la Ínsula Barataria?

–Muy joven lo nombran director del Banco Central de Cuba. Firmaba los billetes que llevaban la firma Che.

–Las madrastras, por culpa de Walt Disney, tienen muy mala prensa...

–Igual que las suegras. Como entre Ernesto y yo había mucha diferencia de edad, hay hijos suyos mayores que yo, los nietos no me han dicho nunca abuela. Me dicen tía. Los que me llaman abuela son los bisnietos. Los nietos del Che. Los cinco que tuvo: Hildita, con Hilda Gadea, peruana, su primera mujer, y los cuatro con Aleida March: Aleida, Camilo, Celia y Ernesto. Los nombres se repiten, como en Cien años de soledad.

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