España

Corbacho defiende que los profesores universitarios tengan que dominar el catalán en Cataluña

  • Insiste en distinguir que una exigencia de estas características no impida que profesores e investigadores puedan ir a Cataluña a impartir sus conocimientos.

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, se ha mostrado partidario de que los profesores que entren a formar parte de la "plantilla estable" de las universidades catalanas sepan catalán, pero que esto no obstaculice la llegada de docentes e investigadores.

"Es evidente que en la universidad y en la enseñanza en Cataluña, el catalán se imparte tanto en la universidad como en las escuelas y, por tanto, las personas que imparten esa enseñanza en el nivel que sea parece también que tengan que tener un conocimiento de una de las lenguas que es vehicular en la enseñanza", ha argumentado en declaraciones a Onda Cero.

Ha precisado que desconocía el contenido exacto de una futura norma autonómica que exigiría un determinado nivel de catalán al nuevo profesorado universitario eventual o fijo que vaya a trabajar en las universidades de esa comunidad.

Según Corbacho, se trata de ver si es una condición sine qua non en cualquier caso para quienes lleguen de nuevas, ya que cosa diferente es que alguien decida formar parte de la plantilla.

En este segundo caso, ha añadido, "no me parece que tuviera que ser un gran problema que esa persona en cuestión pudiera tomar conocimiento de la lengua catalana para poder seguir impartiendo sus enseñanzas a través del castellano, del inglés o del catalán".

Ha insistido en distinguir que una exigencia de estas características no impida que profesores e investigadores puedan ir a Cataluña a impartir sus conocimientos, pues esto es lo importante, lo expresen "de una manera y otra".

"Eso es diferente -ha precisado- de que alguien decida que quiere formar parte de la plantilla estable del profesorado de una determinada universidad y quiere optar a se profesor permanente".

Cataluña, ha dicho, es una sociedad plural, "donde hablamos en catalán, en castellano, donde hay una auténtica mezcla y esa mezcla tiene cosas que, desde fuera, pueden verse extrañas, pero que vistas allá forman parte de la normalidad".

Ha añadido que, a la larga, estas cuestiones acaban interiorizándose sin grandes problemas: "En la sociedad catalana, por suerte, a veces hay más ruido en lo político y lo mediático, y la realidad luego de la sociedad es mucho más pacífica y tranquila de lo que puede dar la sensación".

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