La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, se rodeará para la dirección del partido de un núcleo duro compuesto por tres o cuatro altos cargos, entre los que figurarán Javier Arenas y Esteban González Pons, y de un entramado de coordinadores más reducido y ligero que el de ahora.

Fuentes del partido consultadas por Efe han dado por hecho que en el nuevo organigrama que salga del congreso nacional de Sevilla no existirá la figura del vicesecretario general o coordinador, una opción que ya se dio en el PP por medio de Ángel Acebes pero que ahora, aunque se planteó seriamente en un principio, ha quedado descartada.

Así que la idea de Cospedal y de las personas con las que está estudiando la nueva dirección del PP, Mariano Rajoy y Javier Arenas, es conformar una jerarquía de pesos pesados, es decir, de tres o cuatro vicesecretarios.

Pons será uno de ellos y sobre él recaerán funciones más importantes que las de Comunicación, en tanto que Arenas mantendrá su posición en las altas esferas del PP a la espera del resultado de las elecciones andaluzas. Si las gana y gobierna la Junta, el mandatario andaluz no desaparecerá, pero evidentemente no estará "en el día a día" de Génova.

Más allá de los nombres de Pons y de Arenas para el control del PP, las fuentes reconocen que entran en el terreno de las suposiciones, si bien coinciden en apuntar a "las muchas posibilidades" de que irrumpa en la dirección Alicia Sánchez-Camacho.

Cómo se hará el reparto por áreas es una incógnita ahora mismo, pues de ello tienen que hablar aún De Cospedal, Arenas y Rajoy.

A falta de que la dirección del PP tome forma, las fuentes indican que el ex consejero de la Comunidad de Madrid Juan José Güemes podría colarse en el área económica, y lo mismo se podría decir de Sandra Moneo para la coordinación de la nueva Secretaría de Asuntos Sociales.

Otra posible incorporación es el ex número dos en el Ayuntamiento de Madrid Manuel Cobo, pero las fuentes desconocen qué misión se le podría adjudicar. El veterano Juan Carlos Vera continuará al frente de Organización con el joven Alfonso Serrano como previsible número dos, en tanto que un hombre de confianza de Arenas como Juanjo Matarí se ocupará de la interlocución con las direcciones autonómicas y provinciales, además de con los entes locales.

Asimismo, Carlos Floriano desempeñará labores de Comunicación, en lo que podría ayudarle Nacho Uriarte.

Quedan puestos que cubrir y quizá se produzcan cambios de última hora, sobre todo si se repara, recuerdan las fuentes, en que podría agregarse al nuevo organigrama algún dirigente "muy del equipo de Rajoy" o alguien del estrecho círculo de confianza de Soraya Sáenz de Santamaría. Al fin y al cabo, en la distribución de tareas influyen las cuotas, especialmente las territoriales. Una fuente explica que cada barón regional querrá verse representando en las instancias de poder de Génova, y esto es algo, puntualiza, que De Cospedal habrá de tener en cuenta cuando en un papel plasme la estructura que más le guste para el futuro.

Lo que está claro, mientras se concretan los nombres, es que tanto la secretaria general como los pesos pesados del PP, empezando por el presidente del Gobierno, quieren un "partido fuerte y dinámico" que coordine la estrategia con el Parlamento, las comunidades autónomas e incluso con el Ejecutivo.

Un dirigente recuerda un precedente cercano: "Antes de que la crisis acabara con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el PSOE que dirigía José Blanco era un ejemplo de partido fuerte que hasta decía a los ministros qué tenían que decir o hacer. En cuanto se perdió esa fuerza en la calle Ferraz, el PSOE se desmoronó todavía más". El objetivo de los nuevos dirigentes del Partido Popular es que eso no suceda.