Entre leones

Despidos más baratos

  • Carme Chacón creyó tener atados a 513 delegados. De Celis anunció la victoria de Rubalcaba. Felipe rompió la neutralidad en una cena en casa de Elena Benarroch. García-Margallo, contra los guiñoles franceses

Las cuentas de Chacón

Como es sabido, Alfredo Pérez Rubalcaba ganó el 38º Congreso del PSOE en el mismo cónclave. El aparato rubalcabista, compuesto por gente con muchos trienios a sus espaldas y mucha experiencia en este tipo de citas, echó el resto en esos días y logró darle la vuelta al resultado -José Blanco, Gaspar Zarrías, Marcelino Iglesias y Luis Pizarro, entre otros-. Bien es verdad que contaron con la ayuda inestimable de Felipe González y Alfonso Guerra, que equilibraron el voto en Andalucía y convencieron a la delegación extremeña para que se decantara en bloque por el ex ministro del Interior. Los discursos también movieron lo suyo a favor de quien finalmente acabó convirtiéndose en el sucesor de José Luis Rodríguez Zapatero. Mientras que Carme Chacón estuvo más mitinera y chillona y llegó más a los jóvenes, Pérez Rubalcaba derrochó solidez. 22 de votos de diferencia cuando la noche anterior el aparato de Chacón contabilizaba 513 delegados a su favor, 387 con su contrincante y 56 indecisos.

De Celis

La mayoría de los delegados que participaron en el 38º Congreso Federal del PSOE celebrado en Sevilla se enteraron de la victoria de Alfredo Pérez Rubalcaba cuando el socialista sevillano Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, apoderado de la candidatura del ex ministro del Interior, alzó los brazos justo detrás del presidente del cónclave, José Antonio Griñán, que acaba de recibir las actas con los resultados. El grito insonoro se escuchó en los cuatro rincones del hotel Barceló. Por lo demás, los que más festejaron fueron los rubalcabistas de Cádiz. Por cierto, ninguna gracia ha hecho que el secretario general de los socialistas gaditanos, Francisco González Cabaña, vaya por ahí vetando a seguidores de Griñán. Entre otras cosas porque la última palabra la va a tener el Comité Director y la Ejecutiva Regional al no estar habilitado el Comité Federal de Listas, que cesó con la anterior Ejecutiva Federal y que se constituirá cuando concluya todo el proceso congresual.

Chacón y Felipe

De forma también un tanto peculiar se enteró Carme Chacón que Felipe González no se mantendría neutral. Semanas antes del Congreso, el ex presidente del Gobierno y la política catalana coincidieron en una cena en casa de la modista de origen sefardí Elena Benarroch. Pues bien, el sevillano no le dirigió la palabra en toda la noche. Más claro, agua.

Zarrías

Si uno de los principales derrotados de la cita congresual socialista es José Antonio Griñán por haber apostado por Carme Chacón -finalmente salvó los muebles con la presidencia del PSOE-, uno de los ganadores es el ex consejero andaluz Gaspar Zarrías. Vital en la victoria de Pérez Rubalcaba al haber aportado 30 delegados de Jaén y al haber convencido a algunos delegados de otras provincias, es el rubalcabista andaluz con más peso actualmente. Eso le ha valido entrar como secretario federal de Ciudades y Política Municipal y que dos de los suyos, Micaela Navarro y Francisco Vallejo, salgan muy reforzados de cara al futuro en Andalucía. Lo echaron, pero trabajando y trabajando está de vuelta.

Guiñoles

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, va camino de convertirse en el primer gran bocazas del nuevo Gobierno. Trabajando con diplomáticos, pues el asunto tiene su cosita. Ahora, ante el cachondeo que se traen los guiñoles de Canal+ Francia con nuestros deportistas a propósito de la sanción de dos años a Alberto Contador por doping, el buen hombre ha dado instrucciones al embajador en París, Carlos Bastarreche, para que envíe una carta a la cadena de televisión acusándola de falta de ética por su sátira a Nadal, Gasol y Casillas. Según se mire, nos encontramos ante una política exterior de altura o de cachondeo.

Apuros

Las fundaciones del PSOE se mueven entre la bancarrota y los ERE. Por eso, Rubalcaba en la comparecencia ante los medios tras la primera reunión de la nueva Ejecutiva comentó medio en broma, medio en serio que estaba la cosa tan mal que a lo mejor había que apagar la calefacción.

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