Suspenso en comunicación

El Gobierno suspende un día sí y otro también en comunicación. En el arranque de la comisión anticrisis, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, tuvo que aclarar que el recorte del 4% en las retribuciones de los funcionarios que anunció un día antes su secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, saldría de una reducción de la oferta pública de empleo y no de los salarios. El caso es que la ministra de Economía y Hacienda explicó esto mismo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que aprobó un plan de ajuste de 50.000 millones de euros, pero lo hizo con la boca chica y sin dar muchos detalles. Algo similar ocurrió con la reagrupación o supresión de empresas públicas, que no era ninguna novedad. Esta nueva rectificación (aclaración), fruto de los graves problemas de comunicación (y descoordinación) que asaltan al Gobierno, fue de los más destacado de la primera ronda de conversaciones junto al tono despectivo empleado por el portavoz del Grupo Popular, Cristóbal Montoro, para ningunear al Gobierno. El jiennense, un reputado economista, ha convertido el lenguaje político en un suma y sigue de chascarrillos que le hacen mucha gracia a él solito.

Excepción

Curiosamente, mientras el Gobierno suspende en comunicación clamorosamente, el ministro de Fomento, José Blanco, se ha convertido en el hombre fuerte del Ejecutivo de Zapatero gracias a una buena estrategia de comunicación, unas dotes naturales para las relaciones públicas y alguna que otra deslealtad hacia Magdalena Álvarez (conquistó el corazón de Esperanza Aguirre de esta forma). En este éxito tiene mucho que ver su director de Comunicación, Félix Albertos (anteriormente estuvo con Jesús Caldera en Trabajo, Inmigración y Asuntos Sociales). De entrada, trabaja una hora más que el resto y coge el teléfono cuando se le llama. Así, no es raro recibir un sms suyo advirtiendo de que al día siguiente existe un grave riesgo de nevada en Madrid y sugiriendo el uso del transporte público. Los chicos y chicas de Zapatero y de la vicepresidenta primera podrían aprender de él.

'Griñanólogos'

Los griñanólogos siguen escudriñando los discursos del presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, para intentar averiguar el grado de renovación que introducirá en la nueva ejecutiva regional del PSOE-A y en el Gobierno andaluz. Pero, a pesar de la fama de indiscreto que se ganó en los cien primeros días, el mandatario andaluz no suelta prenda Como mucho, se vislumbra un recorte de consejerías -posiblemente unifique Educación y Empleo (las competencias en formación) y Sanidad y Asuntos Sociales-. Así las cosas, el nombre de su número dos en el partido sigue siendo una incógnita. De la misma forma, hasta el final no se sabrá si Francisco Vallejo, a quien atribuían un destino inminente en la empresa privada, volverá al Gobierno andaluz. O si tira de Magdalena Álvarez o de Concha Gutiérrez, dos socialistas de mucha valía desperdiciadas en Europa y en Fomento.

Enmienda

La Comisión de Economía y Hacienda del Congreso de los Diputados aplazó hasta el próximo día 4 de marzo la decisión sobre la enmienda al artículo 105 de la Ley de Sociedades que puede inclinar para uno y otro lado los pulsos existentes en Repsol e Iberdrola, con Sacyr y ACS como principales beneficiarios de la reforma. En altas esferas empresariales capitalinas se apuesta incluso por una intervención del mismísimo Rodríguez Zapatero para zanjar definitivamente la crisis abierta en estas dos empresas estratégicas. Y existe un cierto malestar en el propio Grupo Socialista con una iniciativa que partió directamente de La Moncloa, aunque lleva el sello del ministro de Industria, Miguel Sebastián.

Ruidos e insultos

En la última sesión de control al Gobierno, los ruidos y los insultos volvieron a la Cámara Baja. Según consta en acta (de sinvergüenza para arriba), socialistas y populares sacaron lo peor de sí mismos en el debate que mantuvieron varios diputados del PP con el ministro Rubalcaba.