Se nota que es el último Debate del estado de la Nación de la legislatura. Pero sobre todo se nota que este es un intenso año electoral, y la batalla por los votos no tiene tregua alguna: Mariano Rajoy y Pedro Sánchez fueron a la yugular. Y no faltó quien se envolvió en una bandera, la andaluza, ante los ataques del presidente del Gobierno a las políticas de la Junta de Andalucía. Manuel Pezzi, ex consejero de Educación y de Medio Ambiente, diputado por Granada.

El incidente se produjo en la réplica de Rajoy a la intervención del líder del PSOE, en la que el presidente del Gobierno recordó que gobiernos autonómicos dirigidos por los socialistas, como el de Andalucía, también han hecho recortes en sanidad o educación mientras aumenta el paro. "Cuánto dedica Galicia al gasto sanitario, el 40%, Murcia, el 40%, Andalucía, el 30%. Y luego hablan de recortes, por favor", denunció Rajoy. Cuando éste añadía que en el pasado verano Andalucía cerró 300 camas hospitalarias, Manuel Pezzi sacó la bandera andaluza y empezó a agitarla desde su escaño, lo que motivó los abucheos de la bancada del PP. También asomaron varias veces, desde todas las bancadas, durante el cara a cara entre el presidente del Gobierno y el líder del PSOE. Rajoy ironizó sobre la debilidad del liderazgo de Sánchez, le reprochó que sus mayores preocupaciones, en lugar de los intereses de los españoles, sean el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y la presidenta andaluza, Susana Díaz. Y cómo no, para responder al secretario general del PSOE sacó el baúl de los recuerdos y de las vergüenzas, repasando la herencia económica del anterior Gobierno socialista, sin olvidarse de otro quebradero de cabeza para Sánchez, el escándalo de los ERE fraudulentos en Andalucía. Sánchez insistió por su parte en revertir los éxitos económicos de los que presumía el presidente mostrando datos sobre desigualdad y precariedad laboral y aumentar las desigualdades entre ricos y pobres. "Piensa más en el señor Iglesias que en los problemas de España", le dijo. Rajoy le replicó que debería tener "más nivel" en sus intervenciones y aseguró que le preocupa cómo está el PSOE bajo su liderazgo. Todo para acabar con una reflexión que sonó a insulto. En un tono que parecía incluso de enfado, el presidente del Gobierno tildó de "patético" el discurso de Pedro Sánchez. La bancada popular aplaudió la ocurrencia hasta la extenuación.