Otra mecha fue prendida ayer por los secesionistas en su pugna con el Estado. La secretaria general de ERC, Marta Rovira, dijo que el Gobierno "amenazó" por "múltiples vías" con enviar al Ejército y con "muertos en las calles" si el Govern mantenía sus planes de la declaración unilateral de independencia (DUI), un escenario de "violencia extrema" que "no estábamos dispuestos a asumir". Rovira lanzó sin pruebas estas acusaciones en una entrevista en RAC1, en donde subrayó que el Ejecutivo hizo llegar al Govern de Puigdemont estas amenazas por "múltiples vías", aunque no desveló las fuentes pese a las preguntas de los periodistas: son "muy contrastadas y fiables", dijo, y dejó en el aire desvelarlas en el futuro.

Según la número dos de ERC, el Gobierno tenía previsto un "escenario de violencia extrema" con el envío del Ejército y la entrada de "armas" en Cataluña, con "muertos en las calles", "sangre" y con el uso de "balas" y no de pelotas de goma, "como en el referéndum del 1-O", contra la población civil: "No estábamos dispuestos a asumir un escenario de violencia extrema", dijo.

Reaccionó el Gobierno para afirmar que los catalanes han tomado "buena nota", igual que el resto de españoles, de toda la "sarta de mentiras" de los ex miembros del Govern y espera que no sigan siendo "interlocutores" a partir de las elecciones del próximo 21-D. El portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, calificó de "burda patraña" las declaraciones de Rovira. "Los dirigentes secesionistas están acostumbrados a mentir", apuntó.

El líder del Ejecutivo, Mariano Rajoy, consideró desde Gotemburgo "una vergüenza" las acusaciones. "Eso es una vergüenza. Ya no hay calificativo que tenga para aplicar a esa afirmación. Dejémoslo en que es absolutamente falso", afirmó. El líder del PSOE, Pedro Sánchez, explicó en Valladolid que las acusasiones de Rovira "son falsas y lo sabe".