Reprobación

Tras las broncas continuadas por el caso de los ERE y el caso Matsa, el PP se ha servido de las informaciones que convierten al hijo del vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial y Administración Pública, Manuel Chaves, en un consumado comisionista en los aledaños de la Junta para presentar en el Congreso de los Diputados una petición de reprobación, a través de una proposición no de ley, contra el ex presidente andaluz. Previamente, los diputados populares Ricardo Tarno y Rafael Merino cargaron de nuevo en la sesión de control al Gobierno contra Chaves, a quien volvieron a pedir la dimisión por tierra, mar y aire. Chaves, muy tocado política y personalmente, negó todas las acusaciones de los populares, se defendió con contundencia e intentó poner de manifiesto el doble rasero que utiliza el PP al buscar la "muerte civil" de su familia mientras permite la presencia de decenas de imputados en sus listas. El vicepresidente tercero reveló, además, que dos senadores populares se disculparon ante él tildando la política de "canalla". No son los únicos cargos electos del PP que no comparten la campaña de acoso y derribo contra Chaves con la familia de por medio. De la misma forma, en las filas socialistas tampoco ha gustado mucho que desde el propio PSOE o aledaños se haya intentado implicar tan burdamente en el caso de los ERE al suegro de Javier Arenas, el abogado Manuel Olivencia. Entre tantas mezquindades, el parlamentarismo español está para montarle un ERE; eso sí, sin fraude.

Magdalena

Al final de la primera legislatura de Rodríguez Zapatero, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, fue reprobada por el Senado gracias a los votos del PP y CiU. Ese mismo día, la malagueña recibió el Premio Acoso de la Oposición de los periodistas parlamentarios en la tradicional cena de Navidad. El intento de reprobación de Chaves no tiene visos de prosperar ni en el Congreso ni en la Cámara Alta.

ETA

Aparte de la bronca entre Chaves y los diputados andaluces del PP, la sesión de control al Gobierno del pasado miércoles arrojó una noticia inesperada: el diputado Ignacio Gil Lázaro no preguntó al vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, por el caso Faisán. Formuló su pregunta al ministro de Justicia, Francisco Caamaño. Parece que las quejas de los socialistas por la supuesta deslealtad del PP en la lucha antiterrorista han surtido efecto o quizás las nuevas detenciones de etarras desaconsejaban ponérsela a huevo al socialista universal. Sea como fuere, en el PP temen como una vara verde al de Solares, afincado parlamentariamente en Cádiz, sobre todo desde que están viendo que tiene todas las papeletas para ser el sucesor y que puede intentar rentabilizar en las urnas el punto y final de ETA. Por si acaso, Rajoy dijo en presencia de Aznar que el Gobierno del PP nunca negoció con la banda terrorista vasca. Que conste en acta.

Chacón

Si el PP no se fía ni un pelo de Pérez Rubalcaba, en la cúpula del PSOE, salvo los más zapateristas, están más que preocupados por una eventual victoria de la ministra de Defensa, Carme Chacón, en las primarias socialistas. Temen que, a golpe de marketing, se convierta en la Ségolène Royal española, cuando los paradigmas electorales en los comicios de 2012 serán la fiabilidad y la experiencia. Por cierto, los avales para Pérez Rubalcaba y Chacón saldrán del comité federal para evitar líos entre la militancia.

Felipe y Guerra

El ex presidente del Gobierno Felipe González criticó esta semana el proceso de primarias en el PSOE. Su vicepresidente, Alfonso Guerra, que también está en contra, le recordó que fue él quien las impuso.

Chiste

Los dos más borrachos de Bilbao deciden montar un bar. Cuando está listo para la inauguración, uno le pregunta a otro: "-Oye, Patxi, ¿y si nos va mal? -Pues abrimos al público", le responde. Chiste de José María Benegas tras presidir una agotadora Comisión de Exteriores del Congreso.