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El asesino de los guardias civiles tenía "vínculos terroristas"

  • La investigación de la ISAF apunta que el ataque fue premeditado ya que el policía afgano no abrió fuego contra nadie más.

El equipo de Investigación coordinado por la Fuerza de Asistencia para la Seguridad en Afganistán (ISAF) ha revelado que el policía afgano Ghulam Sakhi, que acabó el pasado miércoles con la vida de dos oficiales de la Guardia Civil, el capitán José María Galera y el alférez Leoncio Bravo, así como del intérprete del Ejército de Tierra Ataolá Taefik Alili, había sido arrestado y privado de su licencia de armas hace un año por vinculos con los talibán. Sin embargo, fue posteriormente reinsertado en el Cuerpo Nacional de Policía afgano (PNA) tras recibir el aval de dos líderes locales, a sabiendas de que su cuñado era "un conocido terrorista de la zona".

La ISAF, que califica el incidente del miercoles en Qala-I-Now como "un ataque no provocado", indica que "el tiroteo  se produjo a causa de las conexiones del asaltante con los terroristas". La investigación apunta a que el ataque fue "premeditado" ya que el policía afgano "no abrió fuego contra nadie más e intentó escapar tras el asalto"

La "violenta protesta" que tuvo lugar unos 25 minutos después del tiroteo, parecía haber sido planeada de antemano, según los investigadores, que han descubierto montones de ladrillos "apilados antes de la protesta". De igual modo, la ISAF ha señalado que algunos de los manifestantes "iban armados" y "portaban granadas de mano, cócteles molotov". 

"El ataque y la protesta fueron coordinados y son el resultado de actividad terrorista", señalan las conclusiones del informe del equipo de investigación, coordinado por el general de brigada británico Allan McLeod, y que se encuentran en la web de la misión de la OTAN. 

Los investigadores destacan que, durante el transcurso de la manifestación, "los instructores militares españoles permanecieron dentro de la base con los agentes de la PNA que estaban entrenando". La protesta fue controlada por la Policía afgana y dejó 25 heridos, once de ellos por arma de fuego, aunque la ISAF no tiene claro cómo sufrieron sus heridas ya que, en ese momento, "muchos de los manifestantes estaban disparando y lanzando ladrillos y granadas". El informe, no obstante, confirma que "ninguna de las heridas fue causada por las fuerzas de la ISAF". 

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