congreso en sevilla Los delegados deberán votar una nueva Ejecutiva Federal y un nuevo Comité Federal

Algo más que un secretario general

  • Los socialistas tendrán que tomar importantes decisiones en el cónclave que van más allá de la elección del líder

El PSOE tiene que elegir este fin de semana a su nuevo líder, en su 38 congreso federal, pero también se debatirán otros aspectos orgánicos del partido, como ampliar la elección del candidato a la Presidencia del Gobierno a unas primarias abiertas a simpatizantes o adelantar el voto en las elecciones a los 16 años.

Sin olvidarse de asuntos que afectan al conjunto de la ciudadanía, como la salida de la crisis, para articular una respuesta socialdemócrata con la que los españoles puedan volver a sentirse identificados dentro de cuatro años, cuando tengan que someterse de nuevo al escrutinio de las urnas.

Del 3 al 5 de febrero, en Sevilla, 956 delegados tendrán voz y voto para elegir a su nuevo secretario general, un puesto para el que se presentan dos ex compañeros de gabinete: Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón.

Pero no sólo habrá nuevo líder. También habrá nueva Ejecutiva Federal y nuevo Comité Federal, y se renovarán todos los órganos internos del PSOE, como el Comité Federal de Ética y Garantía.

En este apartado, la principal novedad radica en el método de elección de sus cargos.

La propia ponencia marco, a la que se han presentado 16.000 enmiendas, ya plantea la posibilidad de que el candidato para las elecciones generales se haga mediante unas elecciones primarias a la francesa, es decir, abiertas no sólo a militantes, sino también a participantes.

Una fórmula que en Ferraz ven difícil extender a la elección de los cargos orgánicos, como el de secretario general, que en principio seguirá decidiéndose en un congreso, mediante delegados, salvo que éstos aprueben en Sevilla dar un paso en sentido contrario. De hecho, no faltan enmiendas a la ponencia marco que sugieren emplear la fórmula de las primarias para estos casos.

Además, los socialistas debatirán el adelanto de la edad de voto de los 18 a los 16 años, así como la limitación de los mandatos del presidente del Gobierno, los presidentes autonómicos y los alcaldes de poblaciones con más de 100.000 habitantes.

Otra de las propuestas de los socialistas es profundizar en el modelo autonómico y culminar las reformas estatutarias, al tiempo que apuestan por reformar las diputaciones provinciales para convertirlas en algo parecido a consejos de alcaldes.

Para mejorar la participación dentro del partido se plantea la creación de la figura del "afiliado directo" en el marco de lo que en el texto se denomina "agrupación virtual".

Ante la crisis, creen que la sociedad española exige la modernización del Estado de bienestar para adaptarlo a los nuevos tiempos, no su desmantelamiento, por lo que se oponen a medidas que menoscaben la sanidad pública, como el copago, el cierre de hospitales y las privatizaciones, y defienden la educación pública.

La ponencia marco fija la necesidad de "una gran reforma fiscal" que genere ingresos adicionales a través de nuevos tributos y tasas, y que garantice que se exigirá un mayor esfuerzo a las personas y empresas con mayor capacidad de pago.

Entre los nuevos tributos, destaca el que se aplicaría a las entidades financieras y a las grandes fortunas; la mejora de la "fiscalidad verde", que gravaría los "consumos excesivos" y las actividades contaminantes; el impuesto sobre las transacciones financieras internacionales, e impuestos finalistas sobre carburantes, tabaco y alcohol.

Además de la ponencia política, en el congreso federal de Sevilla se someterá a votación el informe político de la Ejecutiva saliente que encabeza José Luis Rodríguez Zapatero y en el que se defiende la gestión de la crisis por parte del Gobierno socialista, que evitó que España entrara en quiebra financiera.

No obstante, se admite que el Gobierno y el PSOE no siempre supieron explicar las "decisiones difíciles" que hubo que tomar y cometieron "errores en la gestión de la crisis y errores en la comunicación de la misma".

Según este informe, el PSOE cerró el ejercicio pasado con una deuda real de 22,6 millones de euros, y tiene otros 24,15 millones de deuda electoral que los socialistas compensarán con subvenciones electorales por el mismo importe, pendientes de recibir del Estado.

Debido a la considerable reducción de ingresos por la pérdida de afiliados y por la reducción de la subvenciones oficiales, el informe constata que el PSOE tendrá que cometer "un drástico recorte" en sus gastos para hacer frente a la situación a la difícil situación económica.

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