Congreso

Las vacaciones de los diputados, en el aire

  • La tranquilidad estival en el Congreso hace tiempo que pasó a la historia, pero agosto de 2015 se presenta bien incierto para las vacaciones de señorías, funcionarios y periodistas.

Un reproche bastante popular es decir que los diputados disfrutan de larguísimas vacaciones escolares y que trabajan poco. O que cuando van al Congreso dejan el hemiciclo vacío y sólo se sientan en su escaño para apretar el botón y votar. Algunos dirán que es una crítica justificada, pero este año, no. La tranquilidad estival en el Congreso hace tiempo que pasó a la historia aunque este 2015 se va a llevar la palma y se presenta un mes de agosto bien incierto para las vacaciones de señorías, funcionarios y periodistas.

Julio, un mes fuera del calendario ordinario según el anticuado reglamento del Congreso, ya ha tenido dos semanas de pleno, con sesiones de más de trece horas y tediosas comisiones, aunque lo peor parece que puede llegar en agosto. Mariano Rajoy quiere aprobar los presupuestos generales de 2016 antes de las elecciones de otoño y eso obliga a trastocar toda la agenda parlamentaria, acostumbrada a dormitar durante unas pocas semanas del verano.

A esta previsión se ha añadido la intención de Rajoy de someter a la aprobación del Congreso el tercer rescate de Grecia, también durante el mes de agosto. Abrir la Cámara baja ese mes tiene sus dificultades operativas por la falta de personal, pero lo peor es que el calendario de esas sesiones no está cerrado y las vacaciones no sólo de los diputados, sino también de muchos trabajadores, están en el aire.

Circulan muchas fechas y cada cual intenta acoplar como puede unos días de descanso. "Esto es de locos", reconocía esta semana una diputada del PP al hablar del nebuloso calendario parlamentario. Sobre el papel, la previsión del Ejecutivo es que los presupuestos se aprueben en Consejo de Ministros el próximo 31 de julio, de forma que puedan llegar al Congreso la semana siguiente, posiblemente el 4 de agosto.

Ese día, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, entregaría las cuentas públicas al presidente del Congreso, Jesús Posada, y a continuación la Mesa de la Cámara calificaría el proyecto de presupuestos, dando así comienzo a su tramitación parlamentaria. La idea es que ya en la tercera semana de agosto se produjeran las comparecencias de miembros del Gobierno para explicar las cuentas de sus respectivos departamentos y que en la última semana del mes se celebrara el debate de totalidad en pleno, posiblemente los días 25 y 26.

Una planificación a la que ahora se ha añadido el deseo de Rajoy de aprobar el acuerdo de la UE con Grecia en el Congreso, pese a que no es obligado por ley aunque ya se ha hecho en anteriores rescates. El Gobierno tampoco tiene fecha decidida para ese pleno, pero se baraja la segunda semana del mes, quizá el 12 de agosto, justo antes de una nueva reunión del Eurogrupo, para la que tampoco hay fecha.

A micrófono abierto la mayoría de los diputados se lo toman con filosofía, aunque en privado algunos admiten estar algo molestos, no por tener que ir a trabajar, sino por no saber a ciencia cierta cuándo les tocará acercarse a Madrid. Teófilo de Luis, diputado del PP y secretario cuarto de la Mesa, reconoce que es un mes atípico pero recuerda que estamos en la recta final de la legislatura y queda trabajo por hacer.

Asegura que sus compañeros de partido comprenden que se trata de aprobar los presupuestos en beneficio de la recuperación económica y compara el Congreso con una empresa en la que surgen problemas y toca arrimar el hombro y quedarse sin vacaciones. "Estoy encantado, este país se merece que hagamos un esfuerzo especial y que estemos operativos", ha dicho a Efe el diputado socialista Antonio Hurtado, portavoz adjunto de la Comisión de Presupuestos, la que con toda seguridad va a tener más trabajo en agosto.

Aunque critica que el PP pretenda aprobar los presupuestos en periodo preelectoral, no le importa interrumpir sus vacaciones unos días y regresar a Madrid desde el Cabo de Gata, donde siempre pasa unos días de descanso. Su compañero Pedro Saura, portavoz de Economía del PSOE, pensaba que iba a ser un final de legislatura algo más tranquilo después de haber echado muchas horas en estos cuatro años, aunque no le importa trabajar en verano porque la labor de diputado le gusta.

Crítica con el Gobierno se muestra la diputada de IU Ascensión de las Heras, que cree que el PP sólo pretende hacer campaña en el mes de agosto y "sacar pecho" a cuenta de Grecia, usando el Congreso como un mitin electoral. "No sabemos cuándo nos vamos ni cuándo venimos", ha bromeado el diputado del PNV Joseba Agirretxea, que no tenía pensado hacer ningún viaje largo estas vacaciones, por lo que no le preocupa si tiene que venir a Madrid de improviso.

Algo lejos sí se irá el diputado de Compromís, Joan Baldoví, que cogerá su tienda de campaña y acampará por unos días con su mujer en una de las playas del desembarco aliado en Normandía, en el norte de Francia. Hombre precavido, Baldoví cuenta que se llevará su coche por si de repente se ve obligado a regresar a Madrid en un inesperado "Día D" y "desembarcar" en pleno mes de agosto en la Carrera de San Jerónimo.

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