Grupo A: República Checa

Fin de un ciclo

  • El veterano grupo dirigido por Karel Brückner afronta la cita europea como una última oportunidad para lograr un título que se le ha resistido en sus años de plenitud. Eso sí, los checos deberán superar la ausencia de Tomas Rosicky, su jugador más desequilibrante.

Cuando se llega al final de un ciclo, no hay nada mejor que una despedida a lo grande. La selección de la República Checa, tras varios años despuntando entre los combinados europeos, buscará en la Eurocopa de Austria y Suiza un título que reconozca la calidad de un grupo que está llegando a su ocaso y ha perdido ya a algunos de los jugadores que la hicieron temible en el pasado. Sin los Nedved, Smicer o Poborsky, artífices del tercer puesto logrado en 2004 en Portugal, el relevo generacional se acerca y el veterano técnico Karel Brückner, que vivirá este verano su última cita internacional en el banquillo de los checos, ha confiado en un grupo de jugadores expertos y un pequeño reducto de jóvenes que deberán abanderar el futuro futbolístico del país centroeuropeo.

Además de la ausencia voluntaria de Pavel Nedved, Brückner se ha encontrado un terrible problema a la hora de confeccionar la lista tras confirmarse la baja por lesión de Tomas Rosicky, sin duda el jugador más talentoso e imaginativo del equipo. Sin el centrocampista del Arsenal, recientemente operado de una rodilla, la selección checa ve mermada su capacidad de creación en el centro del campo y pierde el último pase y el temible disparo desde la frontal del área tan característicos en el pequeño Mozart. Habrá que ver si jugadores como David Jarolim, Tomas Sivok o Jaroslav Plasil son capaces de coger la batuta en el centro del campo y subir el balón con criterio hacia la zona ofensiva para que los delanteros hagan su trabajo.

Cech toma los galones

Ante la falta del referente sobre el campo y capitán del equipo, los galones recaerán en el guardameta Petr Cech, que ha recobrado su mejor nivel tras la lesión craneal sufrida en 2006 que le mantuvo varios meses apartado de los terrenos de juego e incluso hizo temer por su carrera. Pese a postularse como un equipo que apuesta por un fútbol vistoso y alegre, la sobriedad defensiva es, sin duda, el punto fuerte de esta selección con el meta del Chelsea en la portería y la curtida línea defensiva de cuatro hombres que forman Grygera, Ujfalusi, Rozehnal y Jankulovski. Todos ellos rozan o superan la treintena y a su experiencia internacional con la selección hay que sumar su dilatada trayectoria deportiva en grandes clubes europeos. Por su sobriedad y contundencia no es de extrañar que no desentonen en una liga en la que prima tanto la defensa como la italiana. Su gran temporada en Juventus, Fiorentina, Lazio y Milán da buena fe de ello. Sin la imaginación de Rosicky de medio campo hacia delante, muchas de las posibilidades de los checos para pasar la primera ronda dependen de la labor de sus zagueros.

Si la línea defensiva no escatima en edad, la delantera no lo es menos. A sus 35 años, Jan Koller afronta su última cita continental junto a su habitual compañero Milan Baros, todo un veterano pese a sus 26 años. Ninguno de los dos se halla en su mejor momento, pero su concurso será vital para que los checos lleguen lejos en esta Eurocopa. Para acompañarles, Brückner ha apostado por el joven Martin Fenin, estrella sub’20 del combinado centroeuropeo y sobre el que se depositan todas las esperanzas para el futuro. Fenin viaja a Austria y Suiza con el único objetivo de aprender de sus mayores, aunque el técnico puede echar mano en algún momento de su calidad y desparpajo para solucionar un partido.

La presencia en la lista de Koller y Fenin simboliza a la perfección el cambio generacional que supone la presente Eurocopa para la República Checa, que ve cerca el final de un fructífero ciclo y aguarda ya el comienzo de otro que esperan sea al menos igual de ilusionante que el anterior.

La estrella:Petr Cech

El guardameta del Chelsea es, con permiso de Iker Casillas, el mejor portero del mundo en la actualidad. Su corpulencia, agilidad y espectaculares reflejos hacen que la portería se reduzca varios metros para los delanteros rivales. Ni la lesión craneal que sufrió en 2006 ha mermado sus cualidades, pese a que le mantuvo un buen tiempo lejos de los terrenos de juego y le obliga, aún hoy, a usar un peculiar gorro similar al de los jugadores de rugby. Ante la ausencia del centrocampista Tomas Rosicky, sin duda Cech será el líder de este equipo.

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